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Jorge Dezcallar

La moción de censura

La tragedia española, que no griega esta vez, se ha desarrollado de acuerdo con el esquema solo a medias previsto y ha arrojado un resultado preocupante

Yo creo pertenecer al aproximadamente el 110% de los españoles que queríamos que el PP se responsabilizara de los gravísimos casos de corrupción que le afectan. Y aquí no vale decir que los otros también son corruptos, aunque sea verdad, porque el PP tenía encomendada la tarea de gobernar España, que no es poco y que implica responsabilidades mayores que las que tienen otros. Lo que los jueces han encontrado sobre su modelo de financiación irregular a lo largo de los años es muy grave porque además llueve sobre mojado y no vale tampoco decir que el hecho de que doce de catorce ministros de Aznar estén con problemas con la Justicia", que acaben de pillar a Zaplana con las manos en la masa (y nunca mejor dicho) demuestra que todo "es cosa del pasado" porque desgraciadamente no parece ser verdad y porque en todo caso los actuales dirigentes también tenían cargos de responsabilidad aquellos años y no pueden pretender mirar ahora para otro lado y decir que no va con ellos. Particularmente grave es el hecho de que el tribunal considere "no verosímiles" las declaraciones del presidente del gobierno de España. Solo eso justificaría una dimisión. Pero ya se sabe que aquí los políticos se agarran a la butaca, parece que se pegan con Superglú y no dimite nunca nadie. Tiene que venir un francés como Zidane para explicar cómo se hace eso de dimitir y encima lo hace a lo grande, sin que nadie se lo pida (al contrario) y tras ganar tres campeonatos de Europa seguidos. ¡Chapeau!

Supongo que Rajoy no ha dimitido para no asumir una culpa que no ve como propia y para tratar de salvar a su partido con la vista puesta en futuras elecciones. Aquí todos piensan a corto plazo y en función de sus intereses y no en los del país. Nadie muestra sentido de Estado. Así ahora el PP podrá decir que fue expulsado injustamente del poder por una coalición contra natura de socialistas, podemitas, comunistas y nacionalistas de toda condición y tratar de hacer valer eso en la próxima campaña.

Insisto, en mi opinión la salida de Rajoy de la Moncloa es una buena cosa. Ha manejado bien la recuperación económica y ha pensado que con eso había cumplido y se ha equivocado al no luchar con fuerza contra la corrupción que se lo ha acabado llevando por delante, y al dejar únicamente en manos de los jueces el problema del separatismo catalán, cuya fuerza se ha multiplicado durante su mandato sin ninguna reacción por su parte y ese reto precisa una respuesta que también sea política. Pero yo hubiera preferido elecciones y no tener al señor Sánchez como presidente hasta que las gane y lo merezca. Pedro Sánchez me parece un candidato débil y no solo porque solo tiene 86 diputados de 350 sino por su aparente consistencia personal. Nos puede pasar como con Rodríguez-Zapatero que ha sido el presidente más endeble en el momento más complicado y si entonces tuvimos una crisis económica que ZP no vio venir y luego no supo manejar, la historia se podría repetir ahora con Cataluña a la vista de la tropa de nacionalistas que le ha dado su apoyo en el Congreso (y que no quieren que España "funcione"), sin que me sirva de consuelo pensar que Rajoy tampoco supo qué hacer. Pero este quizás sea un juicio de valor arriesgado y mejor será dejarle demostrar de lo que es capaz.

Pedro Sánchez no nos ha explicado cuándo va a convocar elecciones ni qué es lo que ha prometido a unos nacionalistas vascos que hace menos de una semana parecían dispuestos a apoyar a Rajoy votando a favor de sus presupuestos, o qué ha prometido a los del lacito amarillo que le decían a mitad de semana que solo le darían su respaldo a cambio de autodeterminación y libertad de los "presos políticos". Me tranquiliza solo regular que Sánchez haya hablado durante los debates de estos días de diálogo "dentro de la Constitución y el estatuto". Con lo confusas que parecen sus ideas sobre el modelo territorial, no le pienso dar mi confianza en este asunto hasta que no me demuestre que la merece.

Y con 86 diputados su gobierno va a ser muy débil, aún más que lo era el del PP con 130. Es como meterse en la jungla con traje de baño y chanclas. Tendrá el apoyo de Podemos para formar un "gobierno de izquierdas" porque Podemos parece arrepentido de anteriores errores, pero le pondrá un precio. Como se lo pondrán los nacionalistas y a mi me gustaría saber, curioso que es uno, qué cromos se han cambiado unos y otros en secreto estos días (mientras públicamente no se negociaba nada) para conseguir sus apoyos.

Las elecciones pronto solo convienen a Ciudadanos, que no han sabido jugar bien sus cartas estos días y que dan la impresión de haber sido pillados a contrapié por la celeridad de Sánchez al presentar su moción de censura. Los demás quieren ganar tiempo para ver si mejoran sus respectivas encuestas. Y mientras tendremos un gobierno débil y probablemente imprevisible. Los plenos del Congreso prometen ser muy animados.

Y eso es otra mala noticia para Europa. No porque aquí haya euroescépticos influyentes como en Italia sino porque Europa necesita una España fuerte que no se atisba en el corto plazo.

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