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Polvo de estrellas

Para mantenerse Sánchez tendrá que templar muchas gaitas

El Gobierno socialcelebrity de Pedro Sánchez ha dado supuestamente los primeros pasos para el deshielo en Cataluña. Este tipo de operaciones siempre están bien si no se tornan, como suele ocurrir, contraproducentes. Hay que ver hasta dónde alcanza el papel de Borrell, si su nombramiento indica, como la mayoría hemos presumido, firmeza frente al independentismo o simplemente es una coartada para simular algo mientras se hace precisamente todo lo contrario.

El fin del control financiero que se vende como factor de distensión de la cuestión catalana no es más que una obligación aparejada al artículo 155, que pierde vigencia tras la llegada del Govern. Más preocupante es que Sánchez se ponga tan rápido al teléfono con "el supremacista" Quim Torra después de que este le urgiese a mantener un diálogo de igual a igual, y se reiterase en la idea de seguir adelante con la república independiente a 600 kilómetros de Madrid. Obviamente, Sánchez le debe a los nacionalistas catalanes el hecho de dormir en la Moncloa sin haber ganado unas elecciones, pero para dialogar sobre_España el interlocutor tiene que tener claro cuáles son los límites de la legalidad y no repetirse en la idea de que no pueden existir condicionantes en las conversaciones. Los hay: son la Constitución y las leyes. ¿Lo tiene claro el racista Torra? Parece que no.

Podemos también quiere saber qué hay de lo suyo tras el apoyo prestado al nuevo inquilino de la Moncloa. Amenaza con una embestida parlamentaria tras otra. Para durar sin convocar elecciones, Sánchez tendrá que templar demasiadas gaitas que chirrían. De lo contrario su "Gobierno estelar" será más pronto que tarde polvo de estrellas.

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