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España

Nada de políticas, situaciones estatales, ni rizos rizados en torno al momento de la España actual como nación. De eso se encargan los especialistas, que doctores tiene la Iglesia, con perdón por la referencia religiosa. España, ahora, es especialmente fútbol, un milagro con balón que hace reaccionar al sentimiento patrio. Y no hay que culpar al portero español David De Gea por sus cantadas. Su pareja sentimental es una cantante, Edurne, y parece ser que eso de la cantada se contagia.

Nada de fútbol saben o quieren saber esas masas juveniles con ansia de fabricarse ídolos de barro sin cocer que justifiquen su paranoia adolescente. Y por ello, el amerizaje en La Marina de los chicos, chicas y viceversa de «Operación Triunfo» provocó colapsos de histeria prefabricada en torno a su concierto, justo al tiempo que España, la del fútbol, ponía un «X» en su encuentro con Portugal, dentro del «mundial-nal» ruido. Ellos, los jóvenes fanáticos de mediocres triunfitos, bautizaron a la llamada Amaia Romero con el sobrenombre de «Amaia de España». Pero atendiendo al libro que esa chica navarra mostró en el pre-Eurovisión, debiera ser «Amaia de España de mierda». ¿Recuerdan?

Tras la letra al himno de España que hace unos meses se inventó Marta Sánchez, ha salido ahora una nueva, cantada en esta ocasión por el valenciano Francisco, quien también canta un pasodoble de su invención para animar a España en el Mundial titulado «Loca por tu gol». Increíble. Francisco ha vuelto de la isla de Telecinco sembrado, porque está grabando un nuevo disco en el que incluye un tema titulado «Superviviente por tu amor», con letra propia, que sin duda va dedicado a su mujer, Paca Ribes. Y también ha sido abuelo por sexta vez la semana pasada, con un bebé llamado Rodrigo, hijo de su hija María. Viva la vida.

España tiene un presidente de Cantabria que, al parecer, es fijo en los planes de Pablo Motos para realizar sus programas hormigueros. Cuando uno menos se lo espera, allí aparece Miguel Ángel Revilla, que nada tiene que ver con aquel famoso «Chorizo Revilla» de nuestros bocadillos, al menos que se sepa. Vale que el hombre es ingenioso, mordaz, locuaz y perspicaz, pero en ocasiones, carga. Recuerde, señor presidente, que «tanto va el cántabro a la fuente que, al final, se rompe»...Como se rompió Màxim Huerta, ese ministro de España cuyo enchufe sufrió un cortocircuito y se produjo el incendio de su cargo. Ha durado menos que un iPhone en manos de un primate. Máximo, reducido al mínimo.

La España más tradicional, la del baile y el cante flamenco, la veremos esta semana en el teatro Talía de la mano y los pies de un bailaor extraordinario; José Porcel. El excelente artista sevillano vuelve a València, donde se formó como artista bajo la enseñanza del maestro valenciano Martín Vargas. Porcel afrenta el reto de estar todo el espectáculo en el escenario, sin descanso, acompañado por un gran equipo, con la dirección artística de Rubén Olmo, coreografías del propio Porcel, Antonio Canales y Alfonso Losa; las guitarras de José Almarcha y Victor Vázquez, y David Vázquez, Roberto Lorente y Pedro Obregón como cantaores. Ahí es nada. Los flamencos y los otros no pueden dejar de ir. Debutan el miércoles y estarán hasta el próximo domingo, día 24.

Los artistas valencianos de variedades inician su gira por los pueblos de España en fiestas, si bien no son demasiado optimistas ante el verano que amenaza. El pasado sábado, la Federación CIMA, de Agrupaciones de Ciudadanos Mayores de la CV, celebró en el Palau de la Música su XIV Festival de Coros y Bandas, con la actuación de la banda de música «Veterans del Xúquer», que llevaba como invitado muy especial al coplero Luis Escudero, y en su tributo magnífico a Manolo Escobar no faltó «¡Qué Viva España!». Pues eso, que viva, pero que viva bien.

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