Hay meses que pasan a la historia porque dejan una huella permanente en la vida. No se trata de saber dónde estabas entonces, sino de qué trajo aquel mayo y de la mano de quién.

Aquello fue sustituir la eficacia por la ilusión. Fue recordar que la arena de la playa estaba debajo de los adoquines y que la había escondido el progreso para que nos olvidáramos de ella. Fue descubrir que las paredes pueden hablar, y las palabras tienen poder, mucho, como consignas hechas poesía, y poesía hecha consignas. Saber que la barricada cierra la carretera pero abre el camino, y la imaginación no es un don, es una conquista. Que está prohibido prohibir y que la libertad empieza cuando llega la prohibición. Aprender que la novedad siempre es revolucionaria, y la verdad también. No me liberen, de eso ya me ocupo yo. Porque la vida está más allá, no crean, y nuestros deseos son la realidad.

Y, en las aulas, si acaso, a los exámenes respondamos con preguntas, olvidemos todo lo que hemos aprendido y empecemos a soñar. ¿Saben?, ustedes, profesores nos envejecen, y nosotros queremos ser jóvenes, y decretar el estado de dicha permanente. Porque, si lo que vemos no es extraño, es que la visión es falsa, estancada. Y un pensamiento que se estanca, es un pensamiento que se pudre. ¿Para qué íbamos a querer pensamientos podridos? Por eso decimos la imaginación al poder, porque cuando lo extraordinario se vuelve cotidiano, es que hay revolución. No nos hablen de patriotismo, el patriotismo es un egoísmo en masa, que inmoviliza, que nos detiene, aunque queramos correr. Corre, amigo, corre, el viejo mundo va detrás de ti.

Aquel mayo fue un aldabonazo que marcaba el punto de salida, sin importar una meta concreta, no hacía falta. Así pasó el tiempo, pasaron los mayos sin olvidos, hasta aquel otro reciente, el que revivió las plazas, los mensajes, las ideas. Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir. Y en la puerta del mundo se colgó el cartel mágico: «agítese antes de usar».

Ahora, la revolución de las mujeres es una esperanza nueva, con forma de primavera que también ha venido a cambiar nuestras vidas. Ahora la ecología es una realidad que empuja hacia otra forma de vivir. Ahora los tiempos siguen cambiando, aunque el poder se aferre a lo de siempre y nosotros a lo de nunca.

Por eso cabe brindar, por el mayo de las semillas y por el mayo de las cosechas, que puede ser este, o el próximo, o el siguiente. Y por favor, sean realistas y pidan lo imposible.