Lla Comisión Europea ha presentado las líneas estratégicas de la Política Agraria Común (PAC) para el período 2021-2027. Sería deseable que nuestro poder político fuera hábil y se alinease de forma rápida con los retos y objetivos marcados por la Comisión. Debemos evitar volver a proponer subterfugios y apaños en su implementación en la Comunitat Valenciana (Programa de Desarrollo Rural) para acabar subvencionando las medidas de siempre, sin ningún viso de estrategia a largo plazo y no coincidentes con los objetivos de Bruselas.

Sin duda, la profunda crisis de nuestro mundo rural tiene causas muy complejas y necesita de múltiples soluciones. Sin embargo, hay que priorizar nuestros limitados recursos en las medidas con mayor y mejor impacto socioeconómico y medioambiental, convirtiéndose en estructuras duraderas. El conjunto de bienes y servicios que la actividad agrícola y forestal ofrece a la sociedad en su conjunto debe ser reconocido y remunerado. Es una de las principales vías para mantener unas condiciones dignas de vida en nuestros pueblos. La dependencia de los productos derivados del petróleo desde mitad del siglo XX y el desarrollo de la agricultura y ganadería intensivas, supusieron el declive de la actividad en la gestión de nuestros recursos naturales y la progresiva rotura de ese vínculo simbiótico entre nuestras zonas rurales y urbanas. No solo hablamos de madera para bioconstrucción, sino también de biocombustibles, resinas naturales, corcho, extractos de plantas aromáticas y medicinales, alimentos funcionales y saludables, ganadería extensiva y una larga lista de productos agroforestales que fueron sustituidos por materiales y combustibles derivados del petróleo, con graves impactos sobre medioambiente y clima, y alimentos de muy baja calidad procedentes de países de con dudosos estándares medioambientales que llenan nuestros supermercados.

Europa, dentro de su estrategia contra el cambio climático y por la economía baja en carbono, se ha propuesto recuperar el uso de productos de origen biológico: la bioeconomía basada en el conocimiento y en las tecnologías innovadoras. Desde la Plataforma Forestal Valenciana creemos firmemente que es precisamente ahí donde nuestros gobernantes deberían focalizar todas sus energías, en volver a recuperar actividad económica y empleo sostenible en las zonas rurales, recuperando el círculo virtuoso entre el mundo rural y el urbano, roto por décadas de uso y abuso de productos contaminantes que nos han traído a esta lamentable situación de crisis ambiental y despoblación.

El mundo rural no necesita ni de hooliganismos de ciertos sectores, ni de rápidas contestaciones orquestadas por los habituales palmeros del poder, más parecidos a las sectas contemplativas religiosas, que confunden los ecosistemas con museos y la ciencia con la ideología, además de menospreciar la capacidad de la gente de nuestros pueblos para afrontar y solucionar sus problemas.

Estimados president Ximo Puig y consellera Elena Cebrián, necesitamos muestras claras de confianza en nuestra sociedad rural y de estrategias a largo plazo viables y sostenibles, mucho más allá del horizonte de las próximas elecciones. Inicien un proceso para consensuar entre las principales fuerzas políticas y la sociedad civil rural una hoja de ruta. Para ello siempre contarán con el apoyo que les hemos ofrecido desde la Plataforma Forestal Valenciana. Aún queda tiempo para sumarnos a las líneas marcadas desde Europa. Ojalá lo logremos.