Se lo decía hace unos días Jorge Fernández en su longevo programa a un concursante que acababa de ganar un viaje y anunciaba próxima boda: «¡Qué suerte tiene tu futura mujer!» a lo que el hombre le contesta veloz «¡Mi mujer no, mi futuro marido!» Jorge continuó como si nada pasara, sonriendo y saludando a la pareja masculina. Hoy nadie puede dar por hecho la sexualidad de un concursante€ El zasca sucedía mientras la grada del programa se venía abajo con los jaleos de un público entregado, como pocos se entregan en la televisión española. En la «Ruleta de la suerte» los presentes gritan, cantan y corean canciones absurdas como si no hubiese mañana. Intento comprender semejante euforia, pero no llego y me obligan a preguntarme ¿Qué les dan antes de empezar el festival del aplauso? Un hincha del Athletic hace menos ruido en una final€
Al público en televisión, normalmente se le da de comer algo frío antes de empezar la grabación de varios programas, porque cuando acaban uno, empiezan otro y así tres o cuatro por jornada, hasta perder el sentido de las palmas de las manos.
Una vez fui público, las visitas a las teles eran frecuentes en la facultad de Ciencias de la Información y «Crónicas Marcianas» era el programa de cabecera para los estudiantes acostumbrados a trasnochar. Ahí nos plantamos los compañeros del CEU en un polígono industrial de Sant Joan Despí a las afueras de Barcelona. El circo que salía a la pista de Sardá cada noche invitaba a la animación, pero por si acaso alguien llegaba apagado, el personal de la productora repartía unas copas de cava entre las gradas para que nadie se viniese abajo, hasta pasadas las dos de la madrugada que se acababa el «late night». Entraban en escena Boris, Carlos Latre y lo dábamos todo, hasta el personajillo polemista de turno arrancaba el palmoteo y cuando se apagaban las luces, vuelta a casa en autobús hasta València, con el sol asomando y las manos rojas de tanta entrega. No tanto como en la «Ruleta», aunque a ellos tengo entendido que se les paga 16 euros por programa, ya veis, hay profesionales para todo, incluso para la aclamación televisada€
