Siempre pensando en lo peor, la posibilidad de que los miembros de «La Manada» participaran en algún programa de televisión tras su polémica salida de la cárcel puso en circulación una cadena de mensajes en redes sociales instando al boicot a los anunciantes del espacio que se atreviera a tal ignominia, tal como ocurrió con «La Noria» después de pagar a la madre de El Cuco. Algún malintencionado aprovechó para lanzar el bulo de que dejaban de ver La Sexta porque habían entrevistado a uno de ellos, con la cara tapada, antes de las noticias de las 14.00 horas. «Yo paso de ver La Sexta, pásalo», decían muy ingeniosos. Fuentes de Atresmedia y Mediaset han tenido que desmentir «categóricamente» que vayan a entrevistarles. No sabemos si tanta rotundidad tiene que ver con el miedo al rechazo social o si el silencio de los condenados sigue la recomendación de su abogado, Agustín Martínez, quien está acaparando silla en las tertulias extralimitándose en su papel de defensor y juzgando a la víctima.
La joven ha querido dar las gracias a su familia y a todos los ciudadanos que le están apoyando, sobre todo a las miles de mujeres que han salido a las calles para protestar por la condena por abusos en vez de por agresión sexual o por la reciente puesta en libertad de «La Manada» alegando, entre otras cosas, que no existe riesgo de fuga, cuestión puesta en entredicho al saberse que uno de ellos, el guardia civil Antonio Manuel Guerrero, intentó conseguir un pasaporte el lunes. Obviamente le fue denegado pero además de poner en duda el riesgo de fuga, su intención refleja en qué tipo de país bananero cree que vive el susodicho aun formando parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Ana Rosa Quintana leyó la emotiva carta enviada al periodista de su programa Carlos Garayoa. La exclusiva se le atragantó a la competencia directa que incumplió la norma de cortesía y ética periodística de citar a la fuente en estos casos. Según Alfonso Egea en «Espejo Público», la chica se había puesto en contacto «con un medio de comunicación». Un día después, Ana Rosa comentaba emocionada las reacciones a las palabras de la joven, a la que agradecía que les hubiera elegido para transmitir su mensaje de valentía. Conocidas todas las posiciones, que dejen de perseguir a los condenados en busca de «canutazos», declaraciones a pie de calle que no necesitamos escuchar, ni de ellos ni de sus novias y familiares.
