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Hala, el ardor

El calor no solo produce insectos inquisitivos y tenaces, sino flores de belleza parnasiana. En mi vieja calle del Hospital hay unos árboles de tronco globular que a estas alturas del año derraman corolas de sangre como herederos del serrallo turco prestamente decapitados por un padre celoso de su futuro poder. Como Saturno o el sultán de Estambul. Desde la sala de yoga veo un árbol misterioso que, bajo la cubierta verde, va generando ramas rojas como sistemas arteriales. Esas ramas carmesí emergen como una nueva mayoría, mismamente como Pedro Sánchez, y el árbol se va tornando candil, incendio, relámpago.

Me llama El Quiyo para tomarnos un aperitivo en lo de Baltasar. O prepara oposiciones o piensa hacerlo. Agente forestal podría estar bien pero, como es rojo, tiene problemas con las figuras de autoridad. Al llegar a la calle me llega el calor en forma de patadón en el hocico. Queda inaugurado este verano. Hubo en el crepúsculo del día anterior un cielo ocre de dunas y caravaneros, regüeldos del Sáhara, un mitjorn que hibrida con el frío en altura y descarga piedra en Algemesí donde un cachondo aprovecha el granizo para poner a refrescar la botella de cazalla Cerveró, la mejor, es un meme que circula por wasap.

Dicen que decían las casas de apuestas que España era la favorita en el Mundial, supuesto o infundio que produce acumulación de capital que contempla, babeante, el tiburón. Pero lo que se dice jugar han jugado poco, con escasa bravura salvo en el encuentro con Portugal, que tampoco enamoró. Se diría que Vladimir Putin les ha encontrado un compromat a cada uno y amenaza con revelar quién es maricón, quién bígamo y cuáles defraudadores de Hacienda. El chantaje es mucho más eficaz que el soborno y la nueva mafia de las finanzas y la energía no se encuentra a gusto hasta hacerse con el Estado. Ellos también preparan oposiciones. Por otra parte no sé a quien se le ocurrió celebrar los Mundiales en plena canícula cuando hace calor hasta en Novosibirsk, no digamos en Moscú, Sochi o Kaliningrado.

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