A día de hoy, viendo el panorama que hay en el mundo, es tan extraño oír hablar de amor. Deberíamos enrojecer de vergüenza al hablar de amor en una sociedad donde todo es tiranía, es odio, es rencor, es guerra, es maldad, es falacia.

Prometemos y decimos palabras que no salen del corazón, que salen de un ordenador que a veces fluctúa por falta de "conexión". Nuestra conducta es tan opuesta a esas palabras que escribimos tan bonitas, que la tiranía del ser humano cada día se hace más evidente. Nuestros corazones son gélidos como el hielo. Las manos ya no se usan para acariciar al afligido. Las manos se usan para cortar cabezas y matar a personas inocentes.

Hemos progresado tanto... ¿En qué?Tenemos ordenadores, tenemos aparatos tecnológicos, tenemos teléfonos "inteligentes", tenemos aparatos de cocina que nos hacen lentejas en dos minutos, tenemos... (¿Cuántas cosas tenemos? Pero creo que hemos perdido el corazón por el camino...

Los que pensamos que el amor es universal nos sentimos fatigados al ver que cada día se extingue más. La sociedad está como ese joven adolescente que se consume día a día cuando no puede ver a su amada. Se encierra en su habitación, se aísla del mundo y sufre en silencio.

¿Vamos a seguir usando el verbo amar para ocultar nuestra vileza? Con tantos tambores de guerra es imposible escuchar el sonido de la paz.

El silencio no es destemplado si está auxiliado por un mirada. Los ojos son dos genios privilegiados; se adormecen al caer la noche y aún con el aturdimiento del cansancio, ven. Ven la cobardía inútil del que niega las razones del corazón... Ven la idea del infinito en la oscuridad...Ven con exactitud lo sencillo... Ven la magia de la intuición...

¿Has visto el vínculo entre el deseo y la ensoñación? ¡Eres un ser privilegiado!

Hay un sentido que se distingue de todos; el sentido del humor. Y creo que es importante tenerlo, es "medicina en vigor" que ablanda las durezas de la vida. El humor es un estado de ánimo. Las personas con buen sentido del humor, se acercan a sus semejantes, sin el endurecimiento del prejuicio y no presentan signos de condicionamientos. Suelen ser ellos mismos, son jardín de hierba fresca, estrella con cuerpo y universo de ironía.

Al acercarnos a personas con sentido del humor sentimos la noble palpitación de la sonrisa. La alegría no trabaja en vano, desembarca en puertos hundidos y hace flotar a barcos y marineros.

Anoche, leyendo los subtítulos de una conversación, comencé a entender la importancia del humor. Él, camino apresurado de promiscuidad, llena la cesta del humor con uvas de buena cosecha, pero en vez de beber el vino, se decanta por el mosto. Agarrado del brazo del sentido del humor se siente seguro, es autor de sus propias novelas y desprovisto de pudor te cuenta todas las veces que fue visitante de alcobas, su "insuperable manera de hacer el amor", la de papeles que agotó anotando números de teléfono de sus conquistas... Con una sonrisa llena de complicidad, mira mis ojos, yo miro los suyos y le digo: "Fantasma". Él responde: "En la virtud del humor está la palabra impronta, el acto desfasado y la frescura de la vida".

Ya he llegado al final del artículo, ahora voy a fecundar mi interior en las redes sociales, en verano tengo mucho "trabajo". A veces me siento como la vieja el visillo, no puedo evitarlo, por la ventana del teléfono miro las paellas que comen unos y a las playas que van otros. La verdad que el verano da muchísimo juego. Ay, ¿no saben? La Marimar anda con el jefe, los he visto en Facebook...