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Más políticamente correctos

En caso de temas peliagudos hay una marcada tendencia a mostrarse políticamente correctos, y no mojarse, o pasar por encima de lo peliagudo. La temporada primavera/verano ha traído esta nueva ola que veo que se practica en los medios y todavía más entre los presuntos expertos (en política, ay, o en deportes, que a veces es lo mismo y en el balompié nacional hay más de nacional que de fútbol).

En la despedida de Cristiano Ronaldo hay cataratas de sentimientos, emociones fuertes, un hijo que emigra, aunque vino famoso y se va convertido en un dios (otra cosa, pero imposible, es hacerle santo) aunque hay mucha devoción desatada, si será por el calor o por las pasiones del mundial. Auténticos desprendimientos hormonales, de testosterona mayormente.

Comprendo que en su equipo le quieran y les ha dado muchos goles y el empresario le ha pagado lo que creía necesario para que funcionara el negocio. Y ahora, dejándole libre, parece ser generoso, aunque el Real Madrid ingresará 100 millones de euros, que no es una bicoca aunque no usará la clausula que le permitía bloquearle. Pero aquí llegan los oráculos de Delfos que saben de esta materia, y hablan engoladamente (no de goles) y silencian por inconveniente el litigio que tiene con hacienda y que le puede llevar al banquillo. Según las últimas informaciones, sus abogados trataban de llegar a un acuerdo económico, muy abultado (¿30 millones de euros?) pero ya antes había pagado por una situación muy dudosa, en la que pudo haber condena y se solventó soltando mucha pasta. Ahora resultaría reincidente y por mucho más. Pero puede que tenga que sentarse como acusado y que prefiera poner tierra de por medio y contestar por plasma, para que no le fotografíen entrando, saliendo, o declarando lo que contamina su figura. Y flaco favor a sus anuncios publicitarios y su calculada mitología. Sus fans se lo perdonan todo y le harían hasta un homenaje. Todo un ejemplo de cómo timar al fisco que somos todos.

En la pugna por el liderazgo del PP sucede algo parecido, como señaló uno de sus máximos responsables, en la campaña, solo se había propinado «pellizcos de monja». A nadie le interesa levantar las alfombras y menos decirse verdades dolorosas. No habla ninguno de corrupción en el partido, tratan de obviar la última condena por el caso Gürtel y niegan la mayor. Están haciendo el duelo de Mariano Rajoy y como dos eran sus herederas (García Margallo las calificó de «viudas») y el otro subsecretario de comunicación (léase propaganda). En este ambiente enrarecido no tiene nada de particular que no le recuerden la investigación de una juez sobre su titulación y su master. Puede acabar imputado y costarle la inhabilitación. Pero estaban tan habituados a las componendas que a los militantes (o parte) les ha dado lo mismo y a muchos compromisarios parece que también. Les gusta correr riesgos. Y él no tiene tiempo para pensarlo mientras corre huyendo de su sombra.

Mientras el expresidente (de Gobierno y del PP) se fue para su puesto en el Registro de la Propiedad de Santa Pola (bonita plaza) donde apenas ha recalado un mes y enseguida ha obtenido unas merecidas vacaciones. Debo estar mal informado, pero lo normal es estar seis meses y tener derecho a disfrutar 15 días. Pero qué más da y si el ex diputado está pendiente de una plaza en Madrid, para pedir el traslado (y se lo darán) y estar cerca de los suyos(su familia) porque los otros, hablan bien de su herencia, pero todos quien cambiar el partido (sin entrar en honduras, porque tiemblan ante la que se puede desatar). Dejémosle en Sanxenxo, que disfrute del espectáculo. El partido había olvidado sus valores, sus creencias, sus orígenes, según parece, y andaba desnortado. Van a refundarlo, sin él. Suena duro.

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