antes de empezar, quizá convenga introducir al lector en las razones que motivan la necesidad de una dotación financiera para realizar excavaciones arqueológicas en las universidades valencianas por parte de la conselleria competente. Entre las funciones propias de la universidad se encuentran tanto la investigación como la formación de profesionales en distintas materias. En el caso de la arqueología, ambos aspectos se encuentran estrechamente unidos, razón por la cual la administración autonómica dotó, desde el principio, un Programa Anual de Excavaciones cuya finalidad era la investigación y la formación.

Escribía en 2012 (11/07/2012, Levante-EMV) que tras años de precariedad (y sequía) absoluta para la investigación arqueológica el panorama se presentaba desolador. Y hete aquí que cuando parecía que veíamos alguna luz al final del túnel, todo se vuelve a torcer. ¿Qué ha sucedido desde entonces?

En 2014, la Dirección General de Cultura propuso una nueva línea de financiación en la que se instaba a las universidades valencianas a intervenir en dos o tres lugares pero con una dotación económica más adecuada a los estándares de investigación de nuestro entorno. Para ser concreta, 100.000 euros para las universidades de València y Alacant. La fórmula elegida, el contrato menor, no resultó las más idónea, ya que supuso un infierno administrativo para justificar gastos de alojamiento y manutención del alumnado que participó en dichas campañas de excavación.

Como consecuencia, en 2015, el Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat de València renunció a ese sistema y en carta remitida a la Dirección General (17/04/2015) se solicitaba un cambio de modelo más acorde con las necesidades de investigación y formación que realiza la Universitat. A pesar de no recibir respuesta, en 2016 y 2017 volvemos aceptar una fórmula similar (50.000 euros por año) para terminar los proyectos sugeridos por la conselleria en 2014, produciéndose de nuevo los problemas administrativos de justificación de gastos.

¡Y llegamos a 2018! A principios de año, la Dirección General de la actual conselleria nos volvió a solicitar el Plan de Excavaciones Anual (50.000 euros) que se remitió en abril. El día 5 de junio se nos comunicó en una reunión que ha habido un informe jurídico negativo sobre el procedimiento utilizado e incluso poniendo en duda que con las excavaciones arqueológicas de las universidades se estuviera desarrollando investigación alguna. En consecuencia, no se puede librar el dinero para empezar las campañas de verano y se nos asegura que se buscará una fórmula alternativa para no perder una línea aprobada en los presupuestos de la Generalitat. ¡Veremos!

El perjuicio de nuevo: planes de investigación paralizados, alumnado que un año más se puede quedar sin prácticas de campo, solicitud de permisos a los propietarios, reservas... ¡trabajo en vano!

A todo esto, el 26 de octubre de 2017 se publicó en el DOGV el Reglamento de Regulación de las Actuaciones Arqueológicas en la Comunitat Valenciana. En su preámbulo se indica que el Reglamento se hace para «avanzar en la profesionalización de la actividad y en beneficio de la actividad científica...», «...garantizar la excelencia en su ejecución...» y para que «...toda actuación arqueológica tenga como propósito la investigación y aumento del conocimiento de nuestro pasado se articula la figura de los planes generales de investigación». Planes generales de investigación cuyas especificidades se desarrollan en los artículos 20 y 21. Si tan problemático resultaba financiar las excavaciones mediante línea nominativa, ¿por qué no se activaron los PGI para el actual ejercicio presupuestario? Y... ¿en los próximos presupuestos se dotarán estos PGI?

A los miembros de las áreas de Prehistoria y Arqueología de la Universitat de València, desde luego, no nos asusta la concurrencia competitiva. Por sólo remitirnos a los tres últimos años, hemos tenido activos entre 9 y 10 proyectos competitivos financiados por organismos e instituciones autonómicos, nacionales e internacionales; se han defendido 8 tesis doctorales en 2015, 14 en 2016 y 6 en 2017; el Departament de Prehistòria, Arqueologia i Història Antiga es el departamento de la Facultat de Geografia i Història que más dinero ha recibido en esos mismos años, por investigación, en la Universitat de València. Se ha realizado un importante esfuerzo en incrementar la internacionalización de los resultados de investigación a través de la publicación en revistas científicas y asistencia a congresos. Y todo ello a pesar de la merma presupuestaria que el impacto de la crisis está generando en el ámbito de la investigación. Todo ello sin olvidar el desarrollo de proyectos de promoción cultural que permitan acercar nuestro pasado al entorno inmediato de los sitios arqueológicos y contribuir así al desarrollo económico sostenible y la promoción turística cultural.

Pero, volviendo al punto de partida, ¿y la formación de nuevos profesionales? Sin un grado en Arqueología en las universidades valencianas, aparte de estudiar en otra universidad española, sólo queda una buena formación teórico-práctica durante el grado en Historia y en el máster en Arqueología. Máster que, de acuerdo con el Reglamento, es un requisito para obtener una dirección técnica de excavación. Y sin prácticas de campo regulares, ¿cómo se puede adquirir experiencia? Asistiendo a alguna de las excavaciones que programan los museos provinciales y algunos heroicos ayuntamientos o emigrando a otras comunidades autónomas o fuera España. Y, en estos casos, ¿de qué sirve la Universitat en el campo de la arqueología?

Como dicen en un conocido programa de televisión: «Estos son los datos y suyas son las conclusiones».