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Los nutrientes no son alimentos

Es muy habitual confundir los nutrientes con alimentos. Así, se lee y se escucha muchas veces que si no hay que tomar carbohidratos por la noche porque engordan, que si es mejor tomar una alimentación con más proteínas... Uno acaba pensando que las proteínas son la carne y pescados y que los carbohidratos son pan y cereales. Pero los nutrientes no son alimentos, sino que los alimentos contienen en su composición nutrientes y tampoco los nutrientes son alimentos, sino que están en ellos. Además, hay que tener en cuenta que no hay nutrientes buenos o malos, sino que hay unas necesidades nutricionales que según la persona, edad, sexo, estado vital... se necesitan cubrir para disfrutar de una buena salud. Luego, lo que sí que habrá son nutrientes más o menos necesarios.

¿Qué se entiende por alimento? Según la FAO, alimento es un producto natural o elaborado susceptible de ser ingerido y digerido, cuyas características lo hacen apto y agradable para su consumo, constituido por una mezcla de nutrientes que cumplen determinadas funciones en el organismo. Y ¿qué son los nutrientes? Son sustancias químicas que se encuentran en los alimentos y que se necesitan para el funcionamiento normal del organismo.

Los nutrientes se dividen principalmente en dos grandes grupos. Los que se denominan macronutrientes porque son los que se encuentran en mayor cantidad en los alimentos y además los necesitamos en mayor proporción (carbohidratos, proteínas, grasas y fibra dietética). Y los que necesitamos en menor cantidad, denominados micronutrientes que los constituyen las vitaminas y minerales.

Así, los alimentos más recomendados son los que tienen mayor número de nutrientes con respecto al aporte kilocalórico, que son los llamados alimentos ricos en nutrientes o de alta densidad densidad nutricional, entre ellos frutas, verduras, frutos secos, cereales y granos enteros, legumbres, leche, huevos, pescado y carne. A partir de esta diferenciación se entiende que los alimentos no es que sean carbohidratos, grasas o proteínas, sino que debido a su composición en distintos nutrientes pueden ser mayores o menores fuentes de aporte de un nutriente determinado porque lo tienen en mayor cantidad frente a otros. Es decir, por ejemplo los cereales como puede ser el trigo, aunque mayoritariamente aportan carbohidratos también aportan proteínas y grasas. Pero en sí el trigo no es un carbohidrato, sino que es una fuente rica de ellos.

La mejor forma de tener cubiertas nuestras necesidades nutricionales es a través de una alimentación variada y equilibrada en lo que respecta a los alimentos básicos y evitar el exceso de procesados y eliminar en lo posible los ultraprocesados.

No hay ningún alimento que por sí solo aporte todos los nutrientes que necesitamos exceptuando la leche materna, pero solo en la infancia, hasta que se tienen mayores requerimientos nutricionales que ésta no cubre, de forma que los populares superalimentos son una falacia. Los suplementos nutricionales tampoco son alimentos, son nutrientes extraídos de sus alimentos u obtenidos químicamente y no deben formar parte de nuestra alimentación diaria, excepto en casos demostrados en que sea necesaria esta suplementación. La amalgama de productos formulados que se venden en gimnasios y que están muy de moda, lo único que acaban haciendo es dañar al hígado y el riñón.

En definitiva, es interesante seleccionar alimentos que nos aporten los nutrientes que necesitamos pero no confundirlos con los nutrientes en sí, algo que es muy fácil por la publicidad engañosa que se hace de muchos productos alimentarios.

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