Hace unas pocas horas comenzó la canícula en nuestro país. Se trata de un término poco conocido, en parte porque no hay definiciones oficiales y porque tiene un carácter más popular y literario que científico. En general, en España se considera que la canícula transcurre entre el 15 de julio y el 15 de agosto, que es el período en el que estadísticamente se registran las temperaturas más elevadas del año. Sin embargo, puede variar entre unas regiones y otras, por ejemplo en el litoral mediterráneo empezaría y acabaría algo más tarde por la inercia térmica del mar. Tampoco significa que al ser estadísticamente el período más cálido del año siempre lo va a ser, por ejemplo en los últimos años en algunas zonas de la mitad oriental las temperaturas máximas se han registrado en septiembre e incluyo en mayo, en situaciones asociadas a vientos de poniente. Algo parecido ocurre con la lluvia, en nuestra zona por estadística suele llover más en otoño, algo que no se está cumpliendo en los últimos años.

Volviendo al verano, no hay que confundir ola de calor (un episodio puntual) con la canícula (período de un mes en el que estadísticamente se registran las temperaturas más altas del año en buena parte de España). Existe un paralelismo con los conceptos de tiempo y clima que se suelen utilizar en muchas ocasiones como sinónimos. Una ola de calor se encuadraría dentro del tiempo meteorológico, y la canícula en el clima.

Por cierto, en estos momentos estamos en el ecuador del verano, y la noticia es que por ahora no hemos tenido ninguna ola de calor, de hecho las temperaturas están siendo muy suaves en el norte y en el oeste, debido a sucesivos descuelgues de aire frío en altura sobre el oeste de la Península Ibérica. De hecho, las tormentas están siendo las protagonistas en lo que llevamos de verano. Pero no se confíen, ya que como dice el refrán: «De Virgen a Virgen, el calor aprieta de firme».