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Sí expreso

Casi siempre, en la comunicación verbal, un sí es un sí, un no es un no y un quizá es que te esperes o un puede ser. Casi siempre, pero no siempre. Muchas veces le dices sí al jefe o encargado cuando te ordena cosas fuera de horario y por las que no te paga, o sí a una cena de antiguos alumnos dominicos o escolapios. En realidad es un sí que es un no, es un sí que es un que te den o un aparta de mí este cáliz. Lo mismo ocurre con muchos noes embarazados de síes: se te acerca el camarero y te ofrece otro chupito de grapa y dices «no, gracias» con ojos de «sí, por favor», o le dices que no pasa nada al que te pisó a conciencia cuando es un «sí, gilipollas, me jodiste el dedo gordo». En fin: debemos interpretar la comunicación verbal, porque el contexto o las circunstancias hacen que un sí o un no sean algo más, o menos, que un sí o un no. Si un niño de cuatro años te invita a cenar, tu no dices «sí, gracias, acepto», sino «qué graciosa es la criatura». En realidad, un sí por obediencia, compromiso, educación o timidez es un no enmascarado, y un quizá puede ser simplemente un déjame en paz o un no sabría qué decirte. Lo dejo aquí, aunque seguiría hasta agotarles la paciencia.

¡Ahora, si abandonamos esta laxitud y ambigüedad sin consecuencias que es propia de la vida cotidiana y de las relaciones de andar por casa o por la calle, y nos centramos en el rigor y precisión exigibles al territorio del Código Penal, entenderemos bien que el Gobierno proponga una reforma que precise los tipos penales para que estos no dependan, más que en lo inevitable, de la interpretación de los jueces. Es en este contexto, propiciado por alguna sentencia reciente, que la vicepresidenta Carmen Calvo ha lanzado una propuesta, y una reflexión, para considerar como delito cualquier acto sexual sin un sí expreso. «Si una mujer no dice sí expresamente, todo lo demás es no». Se entiende que cualquier relación debe ser voluntaria, igualitaria y consciente y que, en esas circunstancias, sólo un sí es un sí y todo lo demás es un no: no existen los síes por obediencia, compromiso, timidez, intimidación, temor o embriaguez. Sólo los síes expresos.

Uno está de acuerdo con el espíritu y la intención de lo que se propone, más allá de las dificultades evidentes para todos. (Parece que un sí expreso debería serlo, además, por escrito para dejar constancia; y no se tiene en cuenta que la mayoría de las relaciones sexuales se establecen en procesos de comunicación no verbal: hablan los cuerpos, hablan las miradas, hablan las caricias compartidas, mientras todo lo demás calla). ¿Dónde hay que firmar?

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