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Encaje submarino

El famoso submarino Isaac Peral, de cuya obesidad les hablé en su día (El olmo y el Peral, 3/7/13), ya se ha estilizado: mide diez metros más y se hunde, emerge, se vuelve a hundir y alcanza la profundidad de periscopio con la gentileza y energía de un bailarín del Bolshoi. Antes, el submarino podía hundirse, pero no retornar a la superficie. Se lo impedían sus adiposidades y no se puede montar una operación rescate de los marinos cada vez que completen una misión, que una cosa son los niños de Tailandia atrapados en una cueva y otra nuestros recios marinos.

Vencida la obesidad y orgulloso de su grácil silueta, el Isaac Peral patrullará nuestros mares y de momento no parece que pueda hacer otra cosa, porque le es imposible amarrar en ninguno de los muelles de su base en Cartagena: no son bastante grandes. La gallina puso un huevo de avestruz. Como dice Llucia Ramis, «créixer es no tenir un lloc on tornar». Ningún problema: nosotros, en València, tenemos una ZAL a la que le sobra espacio de amarre pero, en cambio, no tenemos submarino. Queremos el submarino. Es más, somos capaces de reconvertirlo en atracción: ¿el mundo del capitán Nemo en Terra Mítica? Por qué no. Me encantan las películas de submarinos: es una épica en camiseta, sudorosa, cuajada de testosterona.

España sufre con los submarinos la dolencia del pionero, del niño prodigio: diseñamos antes que nadie la nave submarina, pero una vez hecha la invención ya no dimos pie con bola. Otra tema es esa cosa tan española del sobrecoste, no solo de esta unidad, sino de los otros tres S80 Plus, que duplica su presupuesto inicial. También costaron mucho más del doble de lo previsto el Palau de les Arts (Calatrava) y la ampliación del Museo del Prado (Moneo) y no tienen ni la excusa de estar disponibles para defender la sagrada independencia de la patria. Propongo que los nombres de tan distinguidos arquitectos rotulen la proa de los sumergibles. Y como aún me falta un nombre, el cuarto podría estar dedicado a Rita Barberá. Espero que, al menos, no vayan a gasoil.

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