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No es nada personal

Con la lengua se puede hacer mucha política y se hace, aunque yo prefiero usarla en menesteres más profundos y gratificantes, no me hagan poner ejemplos, invítenme directamente. Se hace política con la è oberta y al decidir si se escribe vert o verd. Curiosamente, la lengua oficial, la que tiene un anillo con una fecha por dentro, nunca tiene problemas como La Otra. No nos hacía ninguna falta la sentencia que recorta los usos de una lengua -La Otra-, la posibilidad de que administraciones autonómicas con las mismas lenguas oficiales, usen cualquiera de ellas en sus actos. La sentencia es del Tribunal Superior de Justicia. Propongo, además, que nuestros trenes no pasen de Vandellós y sus libros, de Tortosa, eso de la libre circulación no trae más que venéreas.

Estaba pensando en estas cosas cuando me acordé de un pequeño partido nacionalista, muy rojo, que envió, en el 79, un telegrama de felicitación a Kabul por su gobierno comunista, un telegrama en valenciano: una efusión patriótica sin duda exagerada. Pero la sentencia del TSJ es como si se prohibiera a Guatemala y Argentina que se comuniquen en castellano con el pretexto de que es el inglés la lengua internacional. ¿Ah, que ellos son soberanos? Supongo que Quim Torra debe de haber tomado nota del dato para alguno de sus discursos de perro pachón.

El valenciano no es un arabismo, una danza guerrera o una ermita románica; no es una pieza de eso que los cursis llaman «acervo cultural» sino, como cualquier otra lengua, el mayor logro del genio humano, un instrumento para expresarse y crear, para el desnudamiento y la ocultación. Pero es como el amor: sólo quien lo probó lo sabe. Nos ha costado dos generaciones conseguir ministros y presidentes del gobierno que hablen fluently english. Que no arruguen la nariz ante una lengua con marca indígena, perfectamente registrada y con su academia y gramática, costará, me temo, algo más. Pero cuando los hispanos luchen contra los becerros anglosajones que mugen su «only English», me pondré de su lado a favor del español. No es nada personal.

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