Después de un congreso donde se ha primado la unidad, donde la diversidad de opciones y la pluralidad ha concluido sin vencedores ni vencidos, ni ganadores ni perdedores, el Partido Popular de la Comunitat Valenciana ha aprovechado para repostar gasolina e ilusión y tiene ante a si una oportunidad histórica para recuperar las principales instituciones valencianas de cara a 2019.

Estamos en unos tiempos políticos donde se debe demostrar ser generosos, que se pueden sumar voluntades, la oportunidad de unir personas, que triunfe la concordia y la perfecta ocasión para que vuelva la ilusión a la militancia y a todas aquellas personas que quieren que sus políticos se encarguen de resolverles sus problemas reales, no que generen más barreras y problemáticas ficticias e ideológicas entre vecinos.

El nuevo presidente del Partido Popular, Pablo Casado, representa a las bases del partido y estas bases han hablado alto y claro. Es tiempo de volver. De volver a recuperar el orgullo y los valores de un partido que siempre que ha gobernado ha ofrecido los años de mayor crecimiento económico y de creación de empleo de nuestro país. Las personas que trabajan desde dentro del partido deben entender del peso específico de la Comunitat Valenciana. España necesita a la Comunitat Valenciana y la Comunitat no se concibe sin el Partido Popular.

Es tiempo de ser líderes, personas orgullosas de nuestro partido y personas de trabajo incansable. Entre todos los que formamos la familia popular debemos hacer grandes nuestras coincidencias y pequeñas nuestras diferencias, abrazar nuevos talentos, abrir la ventana a nuevas ideas, y apostar por nuevos candidatos, no tener miedo a hacer las cosas de forma diferente.

El PPCV se encuentra ante un gran reto y una gran oportunidad. Pablo Casado e Isabel Bonig pueden y deben colocar a la Comunitat Valenciana otra vez donde merece pero necesitan la ayuda de todos para remar en una misma dirección. Ahora toca arremangarnos y remar todos en el mismo sentido. Aprovechemos esta nueva oportunidad, la ilusión está de nuestro lado. Yo lo tengo claro.