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No será tan fácil

Eso de la «integración total» que anuncia Pablo Casado en el nuevo Partido Popular que lidera, tengo para mí que no será tan fácil. Soraya Sáenz de Santamaría no está por la labor de ceder cotas de poder. Se aferra al resultado obtenido por su candidatura en la primera vuelta del proceso electoral y no da su brazo a torcer. Las reglas del juego establecidas permitían una segunda vuelta con resultados inciertos. Lo cierto es que perdió merced a alianzas o lo que quiera que haya sido y ahora rechaza la integración porque a su equipo sólo le han ofrecido dos secretarías de área. Va a resultar que Santamaría tiene mal perder. Eso no es bueno ni para ella, ni para Casado ni para la imagen del PP.

Teodoro García, 33 años, una de las personas de la máxima confianza del nuevo presidente del PP, será el nuevo secretario general del partido. Se despejó la duda sobre el sexo y la identidad del cargo. García ha sido el director de campaña del ahora presidente en las primarias del partido y uno de los artífices de su victoria. Nadie mejor que él para ser su número dos. No se lo iban a imponer otros.

Dicen los que entienden de estas cuestiones que Fátima Báñez y José Luis Ayllón, para los que la exvicepresidenta esperaba responsabilidades de primer nivel, son fundamentales para medir el alcance de la integración que no está tan clara como a priori puede parecer. Otras como Mari Mar Blanco se han apresurado a dar un giro y sin darle del todo la espalda a Santamaría se han alineado con el nuevo jefe para, de esa forma, no perder lo que todos se niegan a perder, presencia orgánica, cotas de poder.

Santamaría, en un alarde de soberbia ya ha dejado bien claro que para ser quien es, una política brillante, no necesita cargo alguno dentro del partido. No lo parece. Una cosa es lo que dice y otra bien distinta lo que hace. Debería rebajar un poco el tono y sobre todo debería dejar de enredar y tratar de imponer a los suyos. Que Casado tenga libertad, como la tuvo Mariano Rajoy, para poner a su diestra a los compañeros que creyó conveniente. Yo en su caso haría igual.

No sólo está en juego la estructura orgánica de Génova, también lo están los grupos parlamentarios y las candidaturas electorales para los comicios de 2019. Son o han sido tantas las negociaciones... con Santamaría, con Dolores de Cospedal, con el otro y con el de la moto. Complacer a todos, contentar a todos es harto difícil cuando todos quieren más. Y es que el éxito de Casado se sostuvo en la alianza anti-Soraya y en el pésimo discurso, abanico incluido, de la exvicepresidenta del Gobierno de España, discurso que no gustó, discurso que no convenció, discurso por el que recibió duras críticas.

A ver si es verdad que en el equipo resultante todos puedan sentirse representados. Vuelvo a repetir que cuando esto escribo se sabe muy poco. Coincido con Casado en que la «unidad es absolutamente imprescindible». Me da que no va a resultar tan fácil.

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