Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carles Senso

El comunista rebautizado

Volvió a hablar Obama y se paró el mundo. Lo hizo, además, sobre Nelson Mandela a propósito del nacimiento del africano y muchos se quedaron expectantes. «Durante las últimas décadas del siglo XX, la visión progresista y democrática que representaba Nelson Mandela estableció, en muchos sentidos, los términos del debate político internacional (?) El respeto a los derechos humanos y el principio de legalidad se convirtieron en la norma básica para la mayoría de países». ¿Les chirría algo? Nelson Mandela, pese a quien pese, era comunista. Ahora parece que, para poder utilizarlo a él y a su legado de lucha por la dignidad humana, el relato occidental se vea obligado a convertirlo en progresista, un calificativo vacío (un «significante vacío» que dirían más concretamente Ernesto Laclau y Chantal Mouffe) que permite a Albert Rivera adueñarse también del legado de Madiba. Oportunismo indigno.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lo dijo muy claro: «Contamos una historia sobre lo que somos. Es nuestro trabajo». Lo importante no es lo que somos, es lo que decimos (y transmitimos) que somos. Muy en la línea de la sociedad de las redes sociales y la dictadura de la estética. Hay una estadística realizada en un estudio de Abel Gil para Elordenmundial. com que me parece sublime, a la par que decepcionante. Realizaron una encuesta en Francia en la que preguntaban: ¿Qué país contribuyó más en la derrota de la Alemania nazi en 1945? En mayo de aquel año, el 57 % de la población gala opinaba que la URSS había realizado el mayor esfuerzo, con sus millones de muertos y sus victorias claves en batallas que voltearon el devenir de la contienda bélica. El 20 % decía que los EEUU y el 12 % Gran Bretaña. En 1994 (después de décadas de propaganda efectiva a través del cine de Hollywood) el número de franceses que apostaban por EEUU de América era el 49 %, mientras que los que reconocían históricamente el trabajo de la URSS había descendido al 25 %. En 2015 se conocían los últimos datos y el 54 % de los franceses opinaban que EEUU contribuyó más que nadie a la derrota del nazismo. Sólo el 23 % dice que fue la URSS comunista.

La verdadera propaganda política es la que llega al ciudadano sin que sea percibida con dicho objetivo, como publicidad. El cine americano (con sus mentiras, o inexactitudes, si mentiras le parece una palabra demasiado gruesa) se ha configurado en las últimas décadas como un espacio de creación de realidad clave para entender la sociedad actual. También la capacidad desinformadora de muchos medios de «información». También la exitosa voluntad para vaciar los significantes y malversar la vida y las luchas de los muertos. Rivera reivindicando a Mandela cuando hace unos años concurrió con fascistas a las elecciones europeas. Vivir para ver. O, mejor dicho, vivir para que te digan qué ves.

Compartir el artículo

stats