el tema de los incendios forestales en lo entornos mediterráneos resulta un tema interesante y complejo que no se debería despachar con la simplicidad que muchos lo hacen. En el congreso titulado Infinite Rural Systems in a Finite Planet: Briidging Gaps towards Sustainability, que la Unión Geográfica Internacional (UGI) ha celebrado en Santiago de Compostela, tuve la oportunidad de asistir a una interesante comunicación sobre los incendios forestales en ámbitos mediterráneos de todo el mundo, desarrollada por Robinson, Bardsley, Weber y Moskwa, de la Universidad de Adelaida, en Australia. Planteaban la contradicción entre el deseo de vivir en un medio forestal, en el que el riesgo de incendio siempre está presente, y la necesidad de sentirse protegido por las autoridades. Cada vez más población quiere vivir de forma permanente o estacional en casas aisladas en el espacio forestal rodeadas de vegetación, porque ésa es su gracia, cuando lo recomendable es crear un perímetro libre de árboles en torno a la vivienda para hacerla defendible ante el fuego y evitar desastres humanos como los de Grecia o Portugal. También detecto en muchas conversaciones defensas enfervorecidas de los rumiantes domésticos y salvajes, como forma de controlar un sotobosque que consideran inútil y sin valor ante los incendios forestales, que chocan con el deseo de los botánicos de preservar especies no arbóreas en peligro de extinción, que tienen para ellos igual o más valor que los árboles. El fuego de Llutxent es natural, ha sido provocado por un rayo, pero no por ser natural hemos dejado lógicamente de combatirlo, hemos luchado pues contra su naturalidad, porque el fuego es un sistema de regeneración natural de los ecosistemas mediterráneos cuando están ya demasiado enmarañados y maduros. Lo fácil es echar la culpa a los pirómanos y a los especuladores, al cambio climático, al tiempo seco y cálido, pero hemos de seguir abordando el tema como algo de gestión humana del territorio, donde un mosaico de diversos cultivos y espacios forestales intercalados es mucho mejor que un sistema de monocultivo forestal. Hemos de tener claro también que los clareos, que el uso de pequeños incendios controlados en invierno pueden prevenir grandes incendios en verano, pero también hemos de reconocer que ante cierto tipo de grandes incendios es difícil actuar.