La velocidad de los trenes de alta velocidad que circulan entre Madrid y Alicante será más lenta por decisión del Gobierno. El trayecto entre Madrid y Alicante, o viceversa, ya no se hará en dos horas y cinco minutos. Habrá que añadir seis minutos más. No es mucho tiempo, la verdad, pero la decisión del Ministerio de Fomento pica, y mucho, porque vuelve a poner de manifiesto que la provincia de Alicante no es nada para ellos, pese a que el ministerio lo dirige un valenciano, o, quién sabe, quizá por ello. Como los trenes que se pusieron en la línea de alta velocidad entre Madrid y Alicante eran de segunda mano y no hay dinero para comprar nuevos, todos los convoyes deben pasar por una remotorización para evitar que se quemen los motores. En otras líneas de alta velocidad también lo van a hacer, pero solo en algunos de los vehículos. En nuestro caso son todos los vehículos. Son viejos y no deben circular a 300 kilómetros por hora. En época de escasez de dinero es difícil criticar que se trate de reutilizar y reaprovechar todo lo posible, pero teniendo en cuenta que la línea de AVE entre Alicante y Madrid es la más rentable de las que gestiona Renfe, algo reconocido por el propio ente ferroviario, sería deseable que alguno de los trenes, si no todos como sucede en otras líneas menos competitivas, fueran nuevos. También sería un buen gesto por parte del ministerio reducir a los viajeros el precio del billete de AVE entre Madrid y Alicante proporcionalmente al aumento del tiempo en el desplazamiento. Pero no, esto, por el momento, no parece que vaya a pasar. El precio se mantiene, de manera que los ingresos por la línea más rentable del AVE no se verán afectados, pese a que el servicio empeora con respecto al actual. Pero no importa, no estamos en el Reino Unido y no tenemos costumbre de presumir por la puntualidad y rapidez de nuestro transporte público.
