Estamos en el llamado otoño meteorológico, que comenzó el pasado día 1 y se prolongará hasta el 30 de noviembre. Este trimestre es el de los récords de precipitación en España y, también, la época en que muchos años se descubren calles de urbanizaciones que fueron creadas en antiguas ramblas, por las que el agua ha pasado siempre y volverá hacerlo. Quizá al abrirse la calle se le haya otorgado una nueva denominación, pero seguro que se conocía desde hace siglos. Son ramblas con nombre propio, por las que el agua vuelve a abrirse paso por una mala planificación urbanística en el lugar equivocado. Septiembre de 2018, como muchos otros años, ha arrancado con protagonismo de las tormentas y habrá que estar atentos a la evolución meteorológica, sin ir más lejos de cara a este próximo fin de semana y principios de la próxima. Junto a octubre y noviembre, septiembre comparte muchos récords de precipitación en España, sobre todo en la vertiente mediterránea. Un buen ejemplo es el que se conmemorará el próximo día 30, fecha del 21 aniversario de la inundación de Alicante en ese mismo día de 1997. Los 270 litros por metro cuadrado recogidos aquel día constituyen, seguramente, el segundo registro más importante de precipitación en 24 horas entre capitales de provincia, según los datos de Aemet. El récord corresponde al aeropuerto de Málaga, con 313 litros el 27 de septiembre de 1957. También tienen datos muy notables Valencia, con 263 el 17 de noviembre de 1956 y Bilbao con 253 el 26 de agosto de 1983, fecha de una de sus más catastróficas inundaciones. Más allá de las capitales, en la red principal de observatorios de Aemet son especialmente llamativos estos datos de precipitación en 24 horas: 410 litros en la estación oscense de montaña de Candanchú (5 de mayo de 1960) y en el cabo alicantino de San Antonio (1 de octubre de 1957); 360 en el observatorio canario de Izaña (11 de noviembre de 1950), 343 en Denia (2 de octubre de 1957) y 330 en el aeropuerto murciano de San Javier (4 de noviembre de 1987). Este último dato corresponde al mismo episodio de lluvias torrenciales en el que se produjo el récord oficial absoluto: los 817 litros caídos en menos de 24 horas en Oliva (Valencia) el 3 de noviembre de 1987.