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Sexo a presión

Excavar un yacimiento -lo hemos visto en las películas de momias rencorosas- es una tarea recia que se acomete bajo un sol vengativo, normalmente, en pantalón corto y expuestos a la maldición de los faraones que pueden secarte de raíz si perturbas su sueño eterno. Es lógico que con tantas amenazas lo primero que se te ocurra sea fornicar. También sabemos, por otras películas, que excavar trincheras y refugios produce un cierto sentimiento fraterno, de camaradería -el espíritu de cubil- y con una cosa y la otra, más la cantidad de becarios y becarias que llegan al mundo sin recursos, algunos aprovechan para meter mano.

La Asociación Europea de Arqueólogos ha elaborado un estudio en el que intervinieron más de trescientos profesionales, supongo que no son muchos comparados con el total de miembros, con perdón, de la especialidad, pero aún así es llamativo: un poco más de la mitad, una inmensa mayoría mujeres, habían sufrido acoso sexual, nunca supuse que en las tablillas sumerias o en las metopas del arte maya, hubiese semejante carga lujuriosa. Puede que el problema sea que se habla de follar más que nunca, pero se folla muy poco, de ahí la acumulación de libido bandolera.

Como era de esperar, en ocho de cada diez casos el acosador tenía una posición preeminente en relación con la acosada. Y no pocas veces la falta de cariño con el acosador era sancionada con repentinos obstáculos para la carrera de la acosada. Es decir, que la arqueología -que hasta parece una actividad cultural- hay momentos en que nos recuerda el despacho de un productor de Hollywood o al mismo Vicente Sanz suelto por Canal 9 entre redactoras con el puesto por consolidar (no sé de donde sacaba tiempo para ocuparse de los expedientes de Personal). Y un dato curioso del estudio referido: cuando el acosado es hombre, no se hace constar el sexo del acosador, se ve que iba disfrazado/a de estatuilla cicládica que tiene poco marcados los atributos. La relación jerárquica es dato relevante en todos estos casos, aunque meterle presión al sexo sea la forma más rápida de estropearlo.

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