La iglesia resuelve un caso de pederastia recluyendo al sacerdote en un monasterio

El Vaticano ha suspendido a un sacerdote reincidente por un delito de pederastia en un colegio de Zamora a 10 años de reclusión en un monasterio.

Una pena "muy dura" según el obispo de Astorga.

Los hechos ocurrieron hace más de 30 años, con lo cual los delitos han prescrito ( según el Código Penal, el plazo máximo son 15 años desde que la víctima cumple 18 años).

La cuestión es cómo ante un caso tan grave de abusos, ciertos delitos no deberían prescribir nunca, entre ellos los de pederastia, la Iglesia católica no ha expulsado a este párroco de la carrera eclesiástica, que podrá seguir celebrando eucaristía y vivir en la casa sacerdotal ,una vez haya cumplido el plazo de 10 años de reclusión monacal y se le juzga, no por un tribunal eclesiástico sino por uno ordinario como al resto de los mortales.

El Papa Francisco que se mostró al principio de su pontificado muy beligerante para atajar los casos de pederastia dentro de la Iglesia católica no debería desviarse lo más mínimo del camino emprendido por bien de la comunidad cristiana.