Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La 'ley Villarejo'

Basta que el PP se encuentre en la oposición y babee por hacerse con la poltrona (y con mucho rencor encima), para que aparezcan grabaciones, informes, filtraciones, detectives, dossieres... Toda la chatarra que se pueda tener a mano para provocar dimisiones, reprobaciones y elecciones anticipadas. Volvemos al estado de ansiedad de la época del teniente coronel Perote, un agente del espionaje que se marchó del Cesid (ahora CNI) con material inflamable que acabó en un antisistema con brillantina en el pelo, pufos bancarios y otros delitos transversales. El objetivo era tensionar la cuerda para acelerar un chantaje que obligase al Ejecutivo a ceder frente a las exigencias legales. Ahora le toca el turno al comisario Villarejo, encarcelado por varias causas y divulgador por entregas de grabaciones que afectan al rey emérito, a altos cargos y empresarios, obtenidas en algunos casos por encargos privados y en otras para servicios públicos. Pues un personaje con esta corteza de cerdo sobre el lomo arrincona a los socialistas con la ayuda del PP y la cintura cimbreante de Podemos. Asistimos al vergonzoso espectáculo de ver a un corrupto que pone a disposición de estas dos formaciones su basura para desalojar a la fiscal y ministra de Justicia Dolores Delgado del Ministerio. ¿Quién será el siguiente? Este Villarejo anuncia "una traca final", y Casado e Iglesias se soban calurosamente las palmas de las manos pensando que cualquier cosa vale para cerrar este ciclo socialista nacido de una insoportable -la levedad del ser del PP- moción de censura. Poco vale que se diga que las grabaciones corresponden a conversaciones privadas en las que participaba el excomisario, que en aquellos años -2009- campaba como Pedro por su casa en Interior y Justicia con micrófonos camuflados. No me extraña que el monstruo vaya al Congreso a declarar.

Compartir el artículo

stats