Se acerca el 9 d´Octubre. En una ciudad democrática y pacífica como València, este día debería evocarnos imágenes de conmemoración y alegría de todo aquello que nos une como valencianos y valencianas, nuestros valores y formas de vida, nuestra historia y diversidad cultural compartida. Pero no. Esta fecha me conecta con las amenazas, insultos, gestos obscenos, simbología nazi, intimidación y violencia que ciertos grupos dirigen durante la procesión cívica a quienes parece que consideran una amenaza para su existencia.

Hay gente que necesita enemigos para dar sentido a sus vidas. Psicológicamente es más fácil enfocar la frustración, la rabia o la impotencia proyectándola en algo o alguien concreto y externo. Más fácil, sin duda, que asumir que la realidad es mucho más compleja y que, seguramente, también nos corresponde una parte de responsabilidad en nuestros malestares.

Hace un año, tras las graves agresiones protagonizadas por grupos de extrema derecha contra quienes ejercían su derecho a la manifestación, la libertad ideológica y de expresión, el pleno del Ayuntamiento de València aprobó por unanimidad de todos sus grupos políticos una moción por una convivencia libre de violencia en la ciudad que condenaba las agresiones, se comprometía con la defensa de los derechos fundamentales y las libertades públicas y establecía un frente común de respeto a la diversidad y a la convivencia pacífica.

Dicha moción apelaba a la enorme responsabilidad política que tenemos como representantes públicos (gobernemos o estemos en la oposición) de promover un clima de respeto a los derechos y libertades de todas las personas y colectivos de la ciudad. Aun así, tanto el Partido Popular como Ciudadanos continúan jugando con fuego en su peligrosa dinámica de alentar el odio hacia sus adversarios políticos del Govern de la Nau y del Botànic con esa enfermiza acusación de catalanismo, independentismo y adoctrinamiento desde las escuelas. Un buen ejemplo de cómo utilizar miserablemente los fantasmas creados para sacar rédito político.

Precisamente el último barómetro del CIS desmonta con datos sus elucubraciones respecto a estos asuntos: el sentimiento nacionalista entre el pueblo valenciano es bajo, declarándose el 94 % de las personas entrevistadas como españolas, de ellas un 60 % tanto valencianas como españolas, y únicamente un 1 % expresa sentirse únicamente valenciana.

Mientras unos siguen ajustando cuentas con sus fantasmas y buscando el sentido de su vida en la confrontación, otros ponemos nuestra energía y esfuerzo en mejorar la vida de todas las personas de la ciudad, tengan la ideología, las filias y fobias que tengan.

Dicen que este 9 d´Octubre contará con el dispositivo de seguridad más amplio. Sería una buena noticia que este año no nos rodearan ni amenazaran grupos de neonazis. Que los mantuvieran aislados y alejados del resto de ciudadanía pacífica. Pero en realidad es muy triste que todo esto sea necesario. Sigo soñando con celebrar un 9 d´Octubre normal, para disfrutar con nuestros vecinos y vecinas, lleno únicamente de fiesta y alegría y sin necesidad de protección policial.