A menudo me agradaría levantarme y comenzar el día con el pie derecho, pero inmediatamente evoca mi cerebro que soy zurdo y me doy cuenta de que la mayoría de las cosas están hechas en función de los diestros. Los zurdos representan aproximadamente un 13 % de la población y aunque se ha avanzado mucho en cuanto a concienciación aún se sienten, en cierta medida, discriminados por la desigualdad en el acceso de recursos y oportunidades. A lo largo de la historia, las personas zurdas han tenido que soportar la marginación social e incluso la persecución, hasta tal punto, que la inquisición los llevó a juzgar y encarcelar acusándoles que su zurdera era creación de Satanás. ¡Qué barbaridad!

Con los avances de la neurociencia sabemos que los seres somos asimétricos en cuanto a estructura corporal, bioquímica e incluso de comportamiento; es decir, no usamos de igual manera nuestra lateralidad izquierda y diestra. Tiempo atrás quedan cuando a los niños se les obligaba a escribir con la mano derecha. Recuerdo a un señor, ya fallecido, cuando nos contaba que tuvo de niño una enfermedad en la mano diestra y no tuvo más remedioque realizar las tareas domésticas y habituales con la mano izquierda. Ya de adulto, dominaba las dos manos casi por igual. Era un fenómeno lanzando objetos y jugando a la pelota en el frontón.

Pero siendo realistas, aún queda mucho camino por recorrer para que exista una verdadera normalización. De hecho, hay muchas personas zurdas que tienen problemas porque la mayoría de las cosas están hechas en función de los diestros; por ejemplo: sentarse en una silla con brazo derecho, escribir en libreta con espiral, usar abrelatas, uso de bolígrafos, dificultad para digitar los números en los teclados de los ordenadores... Como dijo Juan José Millás: «Me fascináis los zurdos porque tenéis que aprender a vivir en un mundo hecho por los diestros».

Muchas de estas personas zurdas tienen la sensación de haber nacido en un mundo equivocado. La habilidad para adaptarse al uso manual contrario a su propia lateralidad nos revela un dato interesante: la habilidad motora en velocidad o precisión de una sobre la otra existe pero no es determinante: apenas un 10 % de diferencia. Existen datos relevantes en relación a que hay más hombres que mujeres zurdas; también que si ambos padres son zurdos, los niños y niñas tienen un 50 % de posibilides de ser zurdos. Además, las personas zurdas suelen ser geniales; muchas de ellas han triunfado en los diferentes ámbitos de la vida: Aristóteles, Napoleón, Einstein, Leonardo Da Vinci, Charles Chaplin, Bill Gates, Maradona... y un largo etcétera.

Actualmente, con el avance de la tecnología, surgen nuevas ideas patentadas para hacer más fácil y normalizada la vida de las personas zurdas: adaptadores para escribir mejor, tijeras adaptadas, cucharas y tenedores, abrelatas, sacacorchos, guitarras... Como dijo J. M. Morgan: «La izquierda es la mano del destino; la derecha, de la voluntad».