"Manolo Escobar compraba obra para invertir, perdió un huevo de pasta". ¿Cuántas personas creen poseer un capital en Arte Contemporáneo y se asombran al descubrir la cruda realidad? Alberto Adsuara profesor de Fotografía en ESAT (Escuela Superior de Arte y Tecnología), en una charla que no tiene precio, durante la presentación de su libro "17 razones para no ser artista", desnudó el mercado nacional de las artes plásticas. "Si tenemos suerte encontraremos a alguien que pague mil quinientos euros por el Manolo Valdés". Alumnado e incipientes artistas, navegantes del mar tenebroso del arte, junto a un público acorde con el dúo de introspectivos educadores disertantes: Adsuara y Soto, presenciaron el achicharramiento de cualquier suposición de bonanza artística. "Ahora hay que ser muy valiente para montar una galería de arte; cada pueblo tiene su museíto". Sinceridad, ecuanimidad y desencantada vivencia urdieron las sendas disertaciones. "Artistas de Bellas Artes, actualmente, son personitas que deben vender su obra; el artista debe ser vendedor". Pinacotecas y colecciones fotográficas han pasado a ser patrimonio de fundaciones, empresas o fondos bancarios; "BBVA es un claro ejemplo de coleccionismo de arte corporativo con cerca de 400 pinturas, esculturas y piezas de arte decorativo" escribe Andrés Escardo Pisano en la web del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria con fecha del veintitrés de enero de dos mil dieciocho. ¿Cuál es la reglamentación para el disfrute popular de la totalidad, ¡la totalidad!, de bienes catalogados como Patrimonio Nacional (fundado por Francisco Franco, cuyo actual presidente del Consejo de Administración es el jurista Alfredo Pérez de Armiñan y de la Serna que ya fue director general de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas en el gobierno de UCD con Adolfo Suárez)? El arte blanquea capitales, materializa megalomanías y tienta a las dictaduras; "Eran coleccionistas compulsivos y había una obsesión un tanto burguesa en los nazis. Querían ser más de lo que eran, parecer nobles", ("el tiempo.com" 22/07/2018). En la historia del género homo sus ejemplares han basculado, y, siguen haciéndolo, entre descollar o arrasar; hacer todo lo preciso por la eminencia, como el pueblo florentino que, en el Renacimiento italiano, claudicó ante la necesidad de atesorar títulos y dignidades en contraposición al cultivo del intelecto y creatividad.

En España vivir del arte podría calificarse de fantasía ya que no existe línea de comercio, solo "el 0,6 por ciento del mercado (mundial) es español", apunta Adsuara; la fiebre inversionista de la alta burguesía española surgida tras la posguerra, se ha esfumado. William Hazlitt, nacido en mil setecientos setenta y ocho en la localidad de Maidstone (Inglaterra), hijo de un predicador ligado al Unitarismo que apoyaba ideológicamente la insurrección independentista estadounidense contra Gran Bretaña, ensayista y cronista del periódico Morning Chronicle, afirmaba que "la naturaleza se erige en núcleo central de la creación. La creatividad en sentido puro no existe, pues la naturaleza excede siempre en calidad a las obras del ser humano.", ("Ensayos sobre el arte y la literatura", William Hazlitt, traducción de Ricardo Miquel Alfonso). Antonio Soto, profesor de Narrativa de Videojuegos, y presentador del evento en FNAC, instaba a "Tener mucha fe en el artista" ante anodinas producciones, ya que en arte no todo tiene músculo, "No se es artista hasta que alguien te reconoce como tal".

"Carmen Cervera, ya baronesa Thyssen fue nombrada lady España en un "amañado concurso"; el deporte favorito de la nueva baronesa fue dedicarse a mirar cuadros. Se convirtió en estrellona desde consiguió que la famosa colección de arte de su marido fuese vendida a España. Entonces se hizo coleccionista de arte y logró ser presidenta de la Fundación-Colección Thyssen-Bornemisza. Su interés en decorar personalmente el palacio de Villahermosa en Madrid, sede de la colección, dio lugar a habladurías y chistes, así como su exigencia en colocar los retratos de los reyes (Juan Carlos y Sofia) y de los barones realizados por Macarrón, el pintor de la jet, en la entrada del museo. El crítico de The Guardian escribió que los dos pares de cuadros estaban pintados por un artista inepto, cuyo trabajo debería colgarse de la pared de una sala de juntas, ("Crónica rosa de España", Hilario López Millán).

En un planeta donde "hasta los delincuentes graban sus fechorías", el arte fotográfico, fílmico o pictórico han sufrido el ímprobo avance de la tecnología. Obras intocables, tratadas bajo focos científicos, recuperan orígenes descubriendo fuentes. La hipótesis del químico estadounidense Walter Mc Crone sobre la Síndone, especifica: "No es nada más y nada menos que una obra de arte. El artista del sudario usó un estilo y unos materiales de pintura comunes en Europa durante el siglo XIV. Cuando en octubre de 1988 los laboratorios de Arizona, Zürich y Oxford le dieron una antigüedad de 1325 (más-menos 65 años), Mc Crone reactualizó los resultados de su investigación, en la que había llegado a la misma conclusión que con el C14 (Carbono 14): "Esto apoya de forma muy gratificante nuestra evidencia de que una imagen artística es contemporánea a esa fecha y fue pintada probablemente, justo antes de su primera exhibición en 1356", ("El enigma de la sábana Santa y otros lienzos", George Alianak & Josua Herón).

La egolatría subyace en el ansia del artista que infaustamente llegará a descubrir la apocalíptica narrativa sobre su futuro. "Como trabajamos en algo que nos gusta, no es trabajo", aseveró Soto a la par que puntualizaba: "El único que no cobra es el artista"; así mismo citó a la coleccionista de arte Peggy Guggenheim que sentenció: "Comprar una obra al día era una obra de caridad". Y en esas tesituras está el asunto del arte, sin circuito comercial y con la individual esperanza de encontrar marchantes con nervio y conexiones suficientes que muevan obra, no sólo las descomunales. Mientras. Millares de titulados mutan en machacas de profesionales encumbrados y, trabajando en el anonimato, alimentan su estómago creativo y el orgánico. "Es más importante que el machaca sea bueno que el propio artista", sentencia Soto. Censurar obras artísticas sigue vigente, está integrado en la cadena genómica del ser humano sociabilizado; "Ver un pene ¡no!, ver una vulva ¡no!".

¿Dónde están los y las coleccionistas e inversionistas? La edad y la muerte las y los han fulminado. ¿Dónde encontrar amantes del arte y sapientísimos galeristas como Leonarte? ¿Aún creen las galerías que se puede vender arte como negocio?

Alberto Adsuara, de la mano de NPQ Editores, no dejó títere con cabeza: "El mundo del arte está periclitado; están enfocando el mundo del arte desde unos parámetros obsoletos. Arco (Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid) permanece exactamente igual en un mundo que está absolutamente cambiado", cerrando el evento con doctas aseveraciones que nadie osaría rebatir: "España no es país para artistas; España es lo que es, y sigue siendo lo que es".