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Pastilla edificable

Nos gusta la novela policíaca porque crea la ilusión de que después de muchos quebrantos y vueltas y revueltas, todo encaja. La vida no es así. Por tres veces hemos intentado hablar del noir Rafa Juan -que en radio Ruzafa alimenta un programa sobre el genero: Código negro- y un servidor. En la primera, el trato fue tangencial, había ido por otra cosa. En la segunda suspendimos el encuentro porque su mujer sufrió un accidente, por suerte no muy serio. En la tercera nos interrumpió un amago de incendio en la finca. El chino de enfrente recogía las macetas antes de que llegaran los bomberos y se abrieran paso a hachazos.

Y hablando de chinos, se habrán fijado en la misteriosa detención de Meng Hongwei, el presidente de Interpol que fue a China, le echaron en falta, no se comunicó con su mujer y, días después, se supo que estaba detenido, que le aceptaban su dimisión (la clase de oferta que no puedes rechazar) y que le acusaban de corrupción «y otros crímenes», fórmula ritual de los mandarines para deshacerse de alguien caído en desgracia en la última purga o de un competidor. Decía Hua Guofeng, el heredero de Mao: «Ahora nos condecoran por cosas por las que antaño nos hubieran fusilado».

Como jefe de Interpol, Meng reside en Lyon y está, teóricamente, bajo la protección del Estado francés, que no ha piado ni mucho ni poco por una detención que no se le comunicó en tiempo y forma. El arrogante Emmanuel Macron -muy chulo con obreros y bachilleres- ha guardado su altanería en el bolsillo interior de la razón de Estado, discreto cual cortesana. Se nota que la compraventa con China va viento en popa, pero provocamos a los rusos que tienen más misiles y mejores y están más locos.

Mientras llegan los bomberos, Rafa y yo comentamos el acierto de haber concedido el premio Princesa de Asturias a Fred Vargas, una renovadora de la novela de enigma. La línea factual de sus relatos es, a veces, tan fina como una telaraña y su comisario Adamsberg patronea una cuadrilla de frikis adorables y no es ni un duro invencible ni un semidiós del talento deductivo.

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