La Asociación Clásicas y Modernas, asociación por la igualdad de género en la cultura, reunió el pasado lunes -Día de las Escritoras- a un nutrido público comprometido con la visibilidad de las mujeres en la literatura, el arte, la música, el teatro, etc. Esta tercera edición repitió el notable éxito de las anteriores, apreciable en la abarrotada sala de la SGAE de València. Abría el acto la filósofa Rosa M.ª Rodríguez Magda, vicepresidenta de Clásicas y Modernas, quien presentó el programa dedicado a mujeres rebeldes y transgresoras como la compositora Matilde Salvador o autoras como Rosalía de Castro, Rosario de Acuña y Carmen de Burgos. Esta última, por cierto, recuperada por la Editorial Huso en su obra «La mujer moderna y sus derechos» (1927), un ensayo feminista considerado el antecedente de El segundo sexo de la también revolucionaria Simone de Beauvoir. El programa de este año incluía música y voces en directo, textos de las mencionadas autoras y la lectura dramatizada de un fragmento del sainete de Pilar Monzó «La falta de Marieta». No faltó el homenaje póstumo a la escritora valenciana Marina Izquierdo, fallecida inesperadamente el día 13.

Cerró el acto Marina Gilabert, Secretaria General de Clásicas y Modernas. Su espléndida y lúcida reivindicación de las mujeres ausentes en el mundo de la cultura fue un grito de desesperación ante una realidad cultural sesgada por imperativos patriarcales. Vestía de negro, como todas las participantes, porque falta muchísimo para alcanzar la plena igualdad en el mundo de la cultura: «es un luto en nombre de tantas mujeres que siguen reivindicando su espacio, porque publican nuestros libros como mujeres, sí, pero siguen poniendo trabas a que ocupemos cargos de relevancia, a que aportemos nuestras ideas, a que dirijamos proyectos...». Gilabert recordó que Clásicas y Modernas es una asociación regional, nacional y de otros países de habla hispana. Todas juntas luchan por una cultura en igualdad y el sentimiento de unión, el esfuerzo y el diálogo es el lubricante que permite multiplicar sus acciones en defensa de una cultura con, por y desde las mujeres. En esta línea, Gilabert agradeció el apoyo institucional del gobierno valenciano porque se implicaron en la organización del acto desde el minuto cero.

Es importante esta reunión de mujeres rebeldes y transgresoras. La filósofa socialista Juana Serna, Amàlia Alba, presidenta de Dones Progressistes, la profesora Ana López Navajas, pionera en la denuncia de las mujeres que nos faltan en las aulas, Paqui Méndez, presidenta de la Associació per la Coeducació, Amparo Zacarés, también filósofa, como Carmen Senabre, profesora jubilada de Estética de la Universitat de València y mentora de quien esto firma. Otra docente de Psicología, Rosa Pastor, también jubilada y otras muchas socias de Clásicas y Modernas. Gusi Bertomeu, presidenta de la Xarxa de Dones de la Marina Alta y Cristina Llorens. No faltó a la cita la esencia de la transgresión y la rebeldía, Carmen Alborch, la cual recibió una ovación cuando Álvaro Oltra, director de la SGAE, le dedicó unas palabras por su reciente Alta Distinción de la Generalitat. Alborch sigue escribiendo como buena rebelde. Y seguro que su libro es toda una revolución.

Es importante reivindicarlas a todas, las que ya no están y las que siguen transgrediendo este mundo capitalista y patriarcal marcado por el ninguneo y el desprecio a nuestras escritoras.