Casi dos millones de musulmanes residen en España y acercarse a ellos es el objetivo de la nueve serie de reportajes que se ha estrenado esta semana: «España mira a La Meca». Son tres capítulos en el que se abordan temas recurrentes como el papel de la mujer o el terrorismo yihadista, «sin prejuicios, mirando de frente», comenzando con la convivencia de cristianos y musulmanes en Ceuta y Málaga.
Ana Terradillos, especializada en terrorismo y seguridad, debuta en un programa de este tipo tras su paulatina inmersión en el medio televisivo colaborando en debates y magacines. Como reportera que se precie, la periodista se sube en un autobús con un conductor al que atracaron pistola en mano y entra en el tildado de «barrio más peligroso de Europa», en el que apenas quedan cristianos. Solo suben en Semana Santa a sacar al Cristo de Medinaceli, escoltados, aunque según una devota que vive en el centro, el peligro solo son cuatro críos que tiran piedras.
Nadie quiere hablar a cámara y miran con recelo, acusan a los medios de manipuladores; los contactos previos cancelan las entrevistas. Hasta que un policía local musulmán que patrulla solo sin nada que temer, la acompaña por esas calles que muchos conocemos de la serie «El Príncipe». En la ficción, la mayor parte de las escenas se grabaron en estudios pero consiguieron rodar algunas persecuciones por las laberínticas calles, las mismas por las que charlan con algunas mujeres. Más que problemas de integración, existe marginación. La tasa de pobreza es 12 veces mayor que en el resto de España.
En el relato se destacan, quizá de forma demasiado reiterativa, las dificultades del trabajo periodístico: «No es fácil acceder pero tras diversos intentos, nos abren la puerta», «no ha sido fácil ganarnos la confianza de la presidenta de la asociación», «por primera vez se entra en una escuela coránica»; se muestran los datos con atractivos grafismos y mapas similares a los de «En el punto de mira», programa con el que comparte productora y a Mediaset.
Sí, han leído bien. Este espacio de reporterismo social, sin morbo, sin xenofobia ni estridencias, se emite en el late night de Telecinco. Y le fue muy bien. Su directora, Noemí Redondo, y la productora ejecutiva de Unicorn, la valenciana Xelo Montesinos, celebraban el buenísimo 15,2 por ciento de cuota de pantalla, más de un millón de espectadores. No todo está perdido en la cadena amiga.
