La Cuarta Revolución Industrial es una realidad. Está produciéndose en estos momentos delante de nuestras narices y ocurre a tal velocidad que está pasando de largo para algunos. Espero que nadie me tache de pesimista, pero el que no se suba a este tren está perdido. Así lo afirman los especialistas en la materia, los que inspiran. Hace un año les convocamos para participar en el I Congreso de Tecnologías Emergentes para Ecosistemas 4.0 y su conclusión fue rotunda: «La industria tiene la obligación de implantar las tecnologías emergentes para ser competitiva».

No empezamos desde cero en este proceso. Ya se está trabajando en ello y cada vez hay más concienciación social y empresarial de la necesidad de implantar estas tecnologías para sobrevivir. Pero todavía se tienen que mejorar los sistemas de transferencia y llevar a cabo un cambio en el ámbito educativo que pueda atender los requerimientos de un futuro próximo en el que muchos de los empleos actuales los desarrollarán máquinas y surgirán otros muchos nuevos.

La Comunitat Valenciana es un polo de tendencias y de innovación en tecnologías emergentes. Y nuestro tejido empresarial, después de la crisis tan dura que ha sufrido, se merece estar en el mapa de la vanguardia tecnológica. A pesar de la infrafinanciación que sufre nuestra comunidad, empresas e instituciones están esforzándose y consiguiendo importantes logros, incluso siendo premiadas internacionalmente. Ellos son la inspiración que necesitamos, los que nos pueden mostrar el camino a seguir. Porque, aunque no existe una hoja de ruta estandarizada para implantar el 4.0, se trata de una operación vital que tiene que llevarse a cabo en las empresas para sobrevivir. Y compartir experiencias, retos e inquietudes puede servir para mejorar y digitalizar los procesos productivos.

También la Administración debe implicarse en esta transformación. Fue una de las grandes reivindicaciones de nuestra primera edición, que los políticos reforzaran la comunicación de sus planes en materia de innovación. Parece que en este sentido también se ha avanzado, pero aún queda un largo camino por recorrer. La Administración tiene que bajar a la arena y contarle de tú a tú a profesionales y entidades cómo pueden participar en sus proyectos.

La tecnología avanza a una velocidad vertiginosa. El futuro pone ante nosotros nuevas líneas de negocio en las que toda la industria tiene cabida, desde pymes a multinacionales. Y por eso impulsamos, un año más, un foro donde contarlas, donde hablar de la industria conectada, la fábrica del futuro (fabricación avanzada), el gemelo digital o la blockchain. Nuestro escenario será, de nuevo, la Universidad Politécnica, un centro de referencia en el que se están realizando investigaciones de reconocido prestigio en diversos campos de las tecnologías emergentes.

Es responsabilidad de todos saber adaptarnos a estos cambios con rapidez, promover la creación de canales eficientes que permitan la transferencia de conocimiento entre universidades y centros tecnológicos y las empresas y cambiar nuestra mentalidad. Solo así conseguiremos no perder el tren del progreso. Porque si no avanzamos, si no logramos ser competitivos, no tenemos futuro. Y sin futuro estaremos desperdiciando el presente.

El II Congreso de Tecnologías Emergentes para Ecosistemas 4.0 tendrá lugar los días 23 y 24 de octubre en la Ciudad Politécnica de la Innovación (UPV).