Hace siglo y medio Fiódor Mikhàilovitx Dostoievski terminó una de sus mejores novelas : El Idiota.. Fíjense qué talento, el suyo, que en una época muy difícil y complicada construyó un personaje muy similar a Jesucristo.

Ayer, día 15, se celebró El Día de las Escritoras; hubiera querido flotar en la fecha, pero opté por naufragar. He comenzado hablando de uno de los mejores escritores de todos los tiempos: un erudito, un visionario. Un hombre que siempre recordó los derechos del ser humano. La literatura, créanme, siempre nos enseña los caminos a seguir. Sí, el hombre que por su talento molesta al prójimo, es digno de ser seguido. Y aquí ando, una vida entera detrás del ruso...

No, yo no quiero celebrar el día de las escritoras, estaría de alguna manera llorando mi condición de mujer, Me suscita más interés medirme con ellos, los escritores, por supuesto sin renunciar al vestido y los tacones. No, las escritoras no le debemos tener "miedo" a los escritores, al contrario, creo que hasta resultaría morboso algún duelo literario. Qué soberanía tiene el morbo, con ojos taladrantes, me empieza a invertir el sentido de las líneas, y el maldito traidor me quiere arrinconar junto a las humedades, las mías y las suyas...

Me gusta aproximarme al talento, alguna vez he estallado en sollozos entre sus mantas, me apasiona la fecundidad, me es indiferente si tiene pene o pena, o se llama Juan o María. Escribir es una satisfacción que nace de la necesidad del creador, y sí, creo que lo que diferencia a un escritor de un escritora es la voluptuosidad del talento... ¿Qué tal si dejamos una puerta abierta y que pase el mejor?

No es necesario sumar argumentos. A veces, son la manera de apartar al hombre de la idea, sí, es absurdo argumentar algo que no favorece al intelecto o la razón.

Es otoño, y ahí anda la vida, entre la melancolía y la discordia. Sí, a tono con el fondo están las emociones. A veces, la mirada se asusta de la felicidad y busca el camino de la melancolía.

Cada morada es una lámina ilustrativa donde el cuerpo descansa y el pensamiento se intenta acoplar junto a las tiestos.

Me asusta la emoción que queda prendada de la fuerza expresiva de la vista. Junto a los ojos he visto el despojo de lo vulgar camuflado de arte.

Aprender a reducir es andar con soltura; suprimir es dejar en el suelo una caja en vez de recogerla. La serenidad antes de ser serenidad fue martirio...

El gesto íntimo de la tristeza no abruma al hombre que es roca en el desierto de la vida.

El color negro tiene suaves claridades y se compenetra muy bien con el silencio.

Los pensamientos de amor son imperativos en las horas bajas; la mente se consuela con el sacrificio de la añoranza. El alma que ama es imperecedera.

Aquí, postrada ante la desnuda calavera de la desesperación, pienso en el lenguaje secreto del amor y en Lope de Vega.