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Contra la desmemoria patriarcal

Dice Celia Amorós que genealogizar es un ejercicio que ha ido siempre ligado a un poder y que la historia, tal como la conocemos, es un recorrido por una genealogía patriarcal, desde Aristóteles a san Agustín. El feminismo tiene uno de sus focos en reescribir esa genealogía cargada de olvidadas por la historia canónica y recordar el nombre e importancia de las que nos anticiparon. Hacer genealogía feminista es también activismo.

Sin embargo, como historiadora del arte, me surgen ciertas dudas sobre cómo afrontar nuestra historia futura, esa que leerán dos o tres generaciones después de nosotras, y en la que estamos trabajando en el presente. Son numerosas las publicaciones, exposiciones y proyectos vinculados a recuperar la memoria, entre otras, de las mujeres que crearon hace décadas y, sin embargo, siguen sin ser de conocimiento general, no están en el currículum académico, no se las incluye en los manuales universitarios, apenas hay alguna exposición retrospectiva puntualmente... siguen en el olvido.

Lilly Reich, por ejemplo, fue profesora de la Bauhaus de Berlín y Dessau, y trabajó en colaboración con Mies van der Rohe durante más de una década. Casi nadie recordará a Emmy Hennings, poeta, bailarina, dueña del Cabaret Voltaire (donde se reunía el grupo Dadá) y que reivindicaba el amor libre o la revolución en sus acciones y poemas. Su marido fue el también poeta Hugo Ball.

¿Cómo asegurarnos, entonces, de que el trabajo que hoy hacemos desde el comisariado, la crítica, la creación artística? tiene un recorrido en el tiempo? ¿Cómo acabar con esa historia que sigue encumbrando a genios y se olvida de ellas? Hagamos la prueba: preguntemos a cualquier visitante de cualquier museo si puede citar a cinco artistas contemporáneos hombres y a cinco artistas contemporáneas mujeres. La respuesta nos dará la clave para entender que debemos apoyar con más impulso aún en la creación actual de nuestras artistas; intentar abrir una grieta para una genealogía feminista que reescriba una historia, hasta hoy, desigual.

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