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'Fake news' a la valenciana

En la historia de la humanidad son múltiples los episodios de intelectuales que con sus escritos y argumentaciones han dado soporte a dudosas decisiones políticas. En base a un cierto prestigio se ha ninguneado a los ciudadanos que discrepaban con el poder sin deslegitimarlo. Hablamos de hábitos democráticos, que no son necesariamente partidistas, una figura que en países como el Reino Unido, incluso se respeta. Las recompensas recibidas por estos académicos suelen ser económicas y de acceso a puestos de las administraciones para las que han trabajado bajo contrato. No es exactamente la figura del ´intelectual orgánico´ de Gramsci pero tiene un cierto parecido

Durante lustros hemos sufrido una especie de fake news incubadas desde la Generalitat Valenciana (GV) y respaldadas vía encargo por los académicos, lo que ha marcado nuestra política, gobernara el PP u otros partidos. La compensación ha sido tanto la contratación de ´informes ad hoc´ pagados con fondos públicos, como puertas giratorias entre la academia y las consellerias.

Veamos episodios con más de diez años de diferencia:

Cuando Camps quería convencernos de las bondades económicas de la Fórmula 1, encargó un informe al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) que le regaló los oídos con datos y previsiones nunca confirmadas, que dieron lugar a titulares muy complacientes. Hoy, como informaba el miércoles la compañera Laura Ballester, el informe está incorporado en una de las tantas causas que ha generado el triste episodio automovilístico. El informe fue uno de los elementos de aquella F1-fake new. Ninguna rectificación se conoce por parte de los autores.

Como es sabido, el Consell de Puig anunció desde el principio que la corrupción achacable al PP, representaba solo un 10% de la deuda de la GV y que el tema verdaderamente mollar estaba en la financiación. Es una de las falacias que han marcado la singladura del Consell del Botanic. El apoyo a esta tesis fue pedir informes al IVIE que ya entonces disfrutaba de convenios financiados en tiempos de Fabra, con el Sr. Moragues de Conseller de Hacienda. Desde entonces, parte de sus técnicos y catedráticos, mano a mano con su ´cliente´ el Consell, expandieron la idea de la enorme injusticia que el Estado (entonces con el PP en el gobierno) había cometido, durante años con los valencianos. Intentar matizar estas opiniones, significaba ser un perverso recentralizador de derechas (¡Que la vamos a hacer!) Desde que, felizmente, Rajoy desapareciera, esta insistencia de políticos y académicos ha desaparecido prácticamente. Ahora se acepta que el gobierno de Sánchez, desgraciadamente, no tiene ni idea de cómo afrontar el problema de la financiación autonómica. Lo que ha quedado en la mente de muchos valencianos de los informes del equipo Puig/IVIE es un cierto «Espanya ens roba» en versión local.

Ni un solo matiz han puesto sobre la posible inviabilidad financiera de la España de las Autonomías. De hecho, defender que la actual organización del Estado puede mantenerse, con todo lo que está acaeciendo en Euskadi y en Cataluña, no sólo para nosotros los valencianos sino para todos los españoles, parece una fake new de dimensiones análogas a las típicas de Trump.

Para terminar vayamos con el episodio de la semana pasada. La Dirección General de Turismo decide sacar pecho para las próximas elecciones y elabora, en defensa propia, el lema «La Ciudad de las Artes y las Ciencias es obra del pueblo». Al parecer, el conjunto de l'Hemisfèric, Museo de las Ciencias, Oceanogràfic, Palau de les Arts y el Ágora ha dejado de ser el resultado de la irresponsabilidad financiera de los gobiernos del PP, para pasar a ser nada más, ni nada menos que una «institución». ¿Cómo se argumenta? Nuevo contrato con el IVIE, nuevo gasto para una GV endeudada, nueva rueda de prensa conjunta de políticos y técnicos. Desde el jueves el Consell tiene base para difundir la correspondiente fake new.

Intentar mantener el rigor intelectual con contratos firmados con quien se beneficia de una supuesta investigación, no es posible. Al hacerlo, la confianza y la autoridad moral se rompen. Hace un mes el doctor Josep Baselga tuvo que presentar su dimisión como director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, el hospital referencia mundial en el tratamiento e investigación del cáncer, debido a que llevaba años omitiendo sus lazos financieros con varias empresas farmacéuticas. Sin abusar de las comparaciones, los informes del IVIE y los de Baselga sufren un cierto conflicto de intereses, que cada uno debe abordar desde su deontología.

No quisiera llegar demasiado lejos, pero este conflicto de intereses se ha detectado en el posicionamiento en la prensa nacional de algunos miembros del IVIE que, como se sabe, tiene colaboraciones muy directas con el BBVA, en el doloroso episodio de las hipotecas bancarias. Nadie discute el derecho de opinar, ni siquiera la validez de las conclusiones, pero hacerlo esgrimiendo las razones de una de las partes, que además acaba ganando, es cuando menos poco ejemplar para quien se reclama intelectualmente independiente.

Cada uno es libre para exponer su supuesto prestigio, mientras cumpla con las normas de la colaboración de la universidad con el exterior, sea una institución pública o una empresa privada. No dudo de la absoluta legalidad de los encargos hechos al IVIE. Aquello que chirría es que estos informes hayan sido pagados y utilizados por los distintos equipos que se han responsabilizado del Consell. Cada uno tiene su papel en la vida pública, el profesional debe expresarse libremente con la mayor nitidez posible y la GV debe saber argumentar su programa y no quedarse en unas notas de prensa que llenan titulares, en base a informes ad hoc.

Hemos llegado a un punto, en el que la confianza está en vías de quebrarse. En much0s casos no sabemos dónde acaba la opinión profesional y dónde empieza el mensaje del político que parece gobernar a golpes de fake, que básicamente significa falsificar en provecho propio.

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