No a demonizar y a condenar sin más a todos los bancos. Cómo me reconfortó escuchar ayer en el Congreso estas palabras de María Jesús Montero. La ministra de Hacienda hizo bien en poner en su sitio a las integrantes de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Ione Belarra y Lucía Martí. Estas diputadas exigieron «atar» a los bancos», a los que acusaron de robar y de actuar «sin escrúpulos» por desahuciar «a cientos de miles de familias» o «estafar a los preferentistas». No es la primera vez ni será la última que representantes de Podemos convierten a los bancos en el enemigo público número 1. Pero sí es de las pocas que una ministra del Gobierno de Pedro Sánchez sale en defensa de un sector clave para la canalización de los recursos financieros a las empresas y a las familias, sujeto a una estricta regulación y bajo supervisión nacional y europea. ¿Que hay practicas abusivas e irregulares de algunas entidades en contra de sus clientes y contrarias a la ley? Puede que sí. Pero denuncien, persigan y expulsen a esas manzanas podridas. No culpen a todos.