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¿Se adelantará también esta vez Italia a los tiempos?

Se ha dicho a veces que Italia ha sido algo así como el banco de ensayos o la precursora de las nuevas corrientes sociales o políticas.

El fascismo de Benito Mussolini se adelantó en varios años al nacionalsocialismo de Adolfo Hitler y al resto de los fascismos europeos, que tantas desgracias traerían al continente.

Y no es difícil ver en el empresario, animal televisivo y fundador de Forza Italia, Silvio Berlusconi, con su demagógica verborrea y su poca afición a la verdad, un antecedente del norteamericano Donald Trump.

Caracteriza además a ambos empresarios devenidos políticos la promoción continua de su propia persona y sus negocios, la importancia que ambos dan a la fama, el sexo y el dinero, la común vulgaridad y su invulnerabilidad a los escándalos, por mayúsculos que sean.

Ahora tenemos gobernando Italia dos grupos políticos de distinto signo, pero por igual populistas: el movimiento Cinco Estrellas, creación del Beppe Grillo, y la Lega, cuyo hombre fuerte es el actual ministro del Interior, Matteo Salvini.

Caracterizan a La Lega algunos de los métodos de lucha política típicos del fascismo, los mismos que, al otro lado del Atlántico, emplea Donald Trump, como es la construcción de un enemigo, tanto interno como externo.

La de Salvini es una derecha egoísta, mezquina y grosera que, cuando se enfrenta a un problema complejo como la inmigración , recurre simplistas y brutales eslóganes, una derecha que habla continuamente a las tripas y no a la cabeza y, por supuesto, nunca al corazón.

Para el historiador Sergio Luzzatto, "el fascismo es un enzima, un acelerador de reacciones químicas, un fermento que opera en el vientre de cada persona. Un catalizador biopolítico de sentimientos políticos primarios o secundarios, coherentes o incoherentes".

Y ¿qué decir del otro partido político que gobierna Italia, pero del que se oye fuera mucho menos que de la xenófoba y racista Lega: los "grillini" (por Beppe Grillo) de "Cinco Estrellas".

Partidarios de la consulta continua al ciudadano, del referéndum permanente, los "grillini" han creado un Ministerio de la Democracia Directa cuyo principal instrumento sería la Red, en todo momento a disposición de los ciudadanos para que participen, legislen, propongan o abroguen leyes.

El principal ideólogo de Cinco Estrellas, el ya fallecido Gianroberto Casaleggio, especialista en las dinámicas de comunicación a través de Internet, calificó de "inevitable" la superación de la democracia representativa.

"No poner una cruz (para elegir a un partido) cada cinco años, sino participar durante toda la vida en la vida de la comunidad", escribió aquel gurú, que predijo que acabaría siendo innecesaria cualquier forma de intermediación.

Como ocurre ya en los EEUU de Donald Trump, el principal enemigo es la prensa, de la que no se acepta que se dedique a desmontar, una tras otra, las mentiras del Gobierno.

Para la vicepresidenta del Senado italiano, la "grillina" Paola Taverna, "la opinión pública es la única que puede decir lo que hace un Gobierno, y si lo hace bien". Y a esa opinión pública hay que defenderla de los periodistas, a quienes nadie ha elegido.

"Tenéis el instrumento de internet, les dice Taverna a los suyos, un instrumento que puede acabar con esta prensa escrita que hasta hoy sólo ha contado lo que le quería y no lo que queríais vosotros".

En esa post-democracia grillina, los derechos, incluso los que hasta ahora consideramos "fundamentales", serían fungibles, intercambiables; nacerían o morirían exclusivamente a demanda del elector-consumidor.

En lugar de la papeleta electoral estaría el teléfono inteligente, ese instrumento que sirve ahora para poner nuestros datos personales y más íntimos a disposición de las empresas privadas, que luego los utilizan para orientar nuestros hábitos de consumo.

No sé lo que opinará el lector de ese escenario, pero a uno le da miedo pensar en las manipulaciones que pueden producirse en una sociedad totalmente atomizada, una sociedad en la que los individuos serían más vulnerables de lo que son ya a la publicidad , los bulos y los hackers.

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