Recuerdo a Ernest Lluch sentado en la cubierta del buque canguro de Barcelona a Génova, en el viaje de regreso del viaje fin de carrera de la primera promoción de estudiantes de la Facultad de Económicas, en un día de san José, de hace cuarenta y siete años, charlando plácidamente, rodeado de sus alumnos, con los que había compartido el viaje. Su relación con ellos, con nosotros, fue siempre cordial y de amistad, y nuestra consideración de él excedía la profesional. Era todo un referente social.

La Fundació Ernest Lluch, celebra anualmente en València actos en homenaje al profesor asesinado por ETA el 21 de noviembre de 2000, normalmente con intervenciones de quienes fueron alumnos suyos como Vicent Soler, actual conseller de Hacienda y modelo Económico, o el presidente de la sección valenciana de la fundación, Salvador Almenar. En esta ocasión lo ha sido con invitación del president de la Generalitat Ximo Puig, i la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, poniendo de relieve la personalidad del profesor y político Ernest Lluch y los múltiples afectos, enseñanzas e iniciativas que dejó entre los valencianos.

Entre otras, ya en 1970, la dirección de la importante obra L'estructura econòmica del País Valencià. Y más tarde, La via valenciana, en la que el profesor Lluch nos explicó, hace más de cuarenta años (1976), la importancia de la industrialización autóctona como eje de desarrollo de la economía valenciana, en una década, la de los sesenta del siglo pasado, en la que el crecimiento industrial fue exponencial, llegando, en los setenta, a superar el 20 % de la exportación española.

Lluch fue, asímismo, artífice de la recuperación, junto a Joaquín Maldonado Almenar y a un grupo de jóvenes economistas, también alumnos suyos, como José Mª del Rivero y Vicent Llombart, entre otros, de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. También es de señalar su participación en la puesta en marcha del Gabinete Sigma, junto a Vicent Ventura, Ricard Pérez Casado y Manuel Pérez Montiel, entre otros, para la realización de estudios sobre la realidad económica valenciana, como Urbanismo comercial en Valencia.

Su compromiso político pudo comprobarse con su participación, junto a compañeros de otros partidos y organizaciones, en la reunión para reivindicar los derechos de la autonomía valenciana, que acabó en la detención de los conocidos como 10 d'Alaquàs. El papel activo de Lluch en la política valenciana atrajo a numerosos jóvenes universitarios hacia el PSPV, hasta que llegó su incorporación definitiva al PSC, desde donde alcanzó el Ministerio de Sanidad en el primer Gobierno de Felipe González, extendiendo los beneficios de la sanidad y haciéndose acreedor a la Medalla de Oro de la Feria de València, por su apoyo al certamen Expofarmacia, que le entregó el entonces presidente de la institución, Ramón Cerdá.

El profesor Lluch, expedientado en Barcelona cuando llegó a València, se convirtió en referente para muchos de sus alumnos y compañeros que recibieron su magisterio, comprometiendo hasta con su vida las ideas en las que creía. Finalizada su labor política, regresó a la vida universitaria como rector de la Universidad Menéndez y Pelayo. Al recordarlo, de nuevo, hacemos nuestras las palabras de Albert García: «Quan la mort s'emporta un amic que vols, el seu nom travessa les portes de l'oblit».