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¿De clase media y con dos aviones?

¿Se puede ganar un millón de euros brutos al año, ser propietario de dos avionetas particulares y, sin embargo, considerarse clase media?

Eso es al menos lo que piensa uno de los tres candidatos a sustituir a Angela Merkel al frente de la CDU y convertirse tal vez un día, si así lo deciden los electores, en jefe del Gobierno alemán.

El candidato en cuestión, Friedrich Merz, parece tener una idea muy amplia de lo que es clase media, aunque precise que pertenece a la "clase media alta".

Su auto-inclusión en la clase media, incluso con tal precisión, ha indignado a muchos de sus compatriotas, que ven cómo en su país no deja de crecer la desigualdad y los políticos pierden el sentido de la realidad.

Todo ello puede restarle posibilidades electorales sobre todo frente a la única candidata a suceder a Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, a la que muchos consideran más "centrada".

En Estados Unidos, ser multimillonario, y encima evadir impuestos - es decir ser más listo que el Estado- no sólo no está mal visto, sino que puede ayudar mucho en política. Si no, que se lo pregunten a Donald Trump.

Algo parecido puede ocurrir en Italia, donde los millones y la sirvengüencería de Silvio Berlusconi no sólo no fueron un lastre sino que ayudaron a su carrera política: allí también muchos parecen admirar a los listos que engañan al fisco.

Pero en Alemania, como en los países del Norte de Europa en general, donde tampoco faltan, es cierto, los evasores fiscales, la riqueza se lleva con mucha mayor discreción, y presumir de ella suele ser de mal gusto.

En el caso de Merz , lo que más parece haber indignado a muchos, es lo que ven como hipocresía o al menos el desconocimiento del país real en el que vive.

Merz es sin duda el candidato de los círculos económicos: no en vano ha ocupado, desde que dejó provisionalmente la política, cargos de dirección en diversas empresas, algún banco y en la primera gestora mundial de fondos de inversión: Blackrock.

Consideran muchos que bajo la canciller Angela Merkel, la CDU se ha movido demasiado hacia la izquierda, ocupando posiciones más propias de centro socialdemócrata, por lo que hay que corregir el rumbo.

Busca Merz ahora recuperar sobre todo a los ciudadanos de ideología o temperamento conservador que han pasado a votar a la derecha ultranacionalista no sólo por miedo al fantasma de la inmigración porque se sienten cada vez más inseguros económicamente.

Esa inseguridad, el miedo a perder el status que se tenía, es en todas partes caldo de cultivo del populismo como el que cultiva con éxito Alternativa para Alemania. Y se puede decir de Merz lo que se quiera, pero no que es un populista. Ya veremos.

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