Sa se ven las orejas del lobo; pasaron las elecciones andaluzas y el Día de la Constitución, tiempo suficiente para serenar ánimos y observar actitudes de unos y otros en el solar patrio, y no me gusta lo que veo. Y es que las derechas españolas, para vergüenza de sus homólogas europeas, se disponen al asalto del Poder andaluz aliándose sin escrúpulos con quienes dicen públicamente estar orgullosos de que se les llame «fachas»€ y necesitan que su Brunete Mediática disfrace al lobo con una blanca piel de oveja, colaborando en una maniobra de blanqueo para que no se note que las derechas españolas se van a aliar con fascistas para desbancar al PSOE andaluz que sigue siendo la primera fuerza política.

De nada sirve que colegas de prestigio internacional como Le Monde, el New York Times, etc. los estén dejando en evidencia denunciando algo inaudito en Europa como dar carta de naturaleza al fascismo en la escena política española. Hoy noto la ausencia de aquellos periódicos y revistas que se arriesgaban con nosotros en la lucha contra el franquismo de los 70; hoy la ultraderecha resurge por Andalucía y en lugar de desenmascararla se dedican a endulzar y blanquear a la bicha sin citar en los titulares las palabras «franquista», «fascista»€ Las plumas y los micrófonos tan difíciles para otros los están poniendo sin problemas al servicio del partido fascista.

Cierta parte de la Iglesia ya está en escena; poco tardó el Obispo de Córdoba en mostrar su alegría por el cambio en Andalucía que desea se extienda a toda España€ espero que no llegue a declarar «Cruzada» los procesos electorales que vienen. Ya sé que no hay 400.000 fascistas en Andalucía, pero los que recibieron su voto sí lo son; es urgente que los demócratas reaccionemos denunciando el peligro real de que España sea víctima de otra gran manipulación.

No podemos sentarnos a ver si son galgos o podencos ¡son fascistas! Desde el memorialismo urgimos a encontrar una alternativa contra lo que puede venir, conscientes de que las derechas ya están de ofensiva política e ideológica, sin disimulos, y la Memoria Histórica es uno de sus objetivos principales. Los trabajadores, los jóvenes, las mujeres€ necesitamos el rearme de la Izquierda con una alternativa en torno a sus valores, solvente, tolerante y capaz de sumar para recuperar los avances perdidos. Creemos que esa alternativa existe y no son los chalecos amarillos, azules ni morados que convocan los ultras de todos los colores; miremos hacia adelante sin prestar más atención a quienes nos esperan en el campo de batalla del odio y la intolerancia€ lo nuestro es sostener este Gobierno avanzando en derechos y libertades y preparar los eventos electorales que nos esperan sin caer en el error del sectarismo. No seamos otra vez las liebres del cuento.