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Maite Mercado

Secretos y disculpas

Las elecciones andaluzas no solo han trastocado la agenda política, también han dislocado a más de un periodista o programa de televisión. Algunos se esfuerzan en desmontar los bulos e inexactitudes de Vox; otros, por el contrario, se dedican a matizar sus argumentos. Y no podían faltar los que se pasan de listos, buscando el ir un poquito más allá cayendo en el agujero del sensacionalismo y la mala praxis profesional. Estos fueron los de «Liarda Pardo» el domingo pasado en La Sexta. No se les ocurrió otra cosa que ir en busca de los 44 votantes del partido liderado por Santiago Abascal en un municipio sevillano.

¿Iban a marcar las puertas de sus casas con una V recordando a lo que hicieron otros con cruces o capirotes en oscuros periodos de la historia? ¿Cuál era el objetivo? ¿Convertirlos en una especie de atracción de feria? Igual los hubieran invitado a la mesa del programa. Convencidos estaban, como demostraron en un impactante tuit de promoción que aludía a la compleja investigación periodística: «Vamos a señalar a los 44 votantes de Vox en un pueblo como Marinaleda, y a difundirlo en un medio de comunicación. Y no, no es «Equipo de Investigación» buscando narcos, es «Liarla Pardo».

La enviada especial preguntaba a los vecinos. Se oía a uno de ellos: «No los voy a respetar. Están camuflados, pero la gente los conoce». Por fin, le dan una dirección y delante de la casa, la gran revelación: «Aquí podría vivir un votante de Vox».

Cristina Pardo se disculpó en Twitter y reconoció que el reportaje de Marinaleda fue «desafortunado». Abascal lo consideró «repugnante» y no desaprovechó la oportunidad de dirigirse a esos votantes: «Los 44 de VOX en Marinaleda tienen toda nuestra admiración y reconocimiento. Nosotros no los tenemos identificados pero ellos saben donde estamos, y nos ponemos a su disposición para darles TODO el apoyo que necesiten». También apoyo jurídico, añadía, por la posible comisión de un delito, siendo como son una máquina de poner querellas.

El injustificable reportaje «sobrepasó todos los límites democráticos y los códigos deontológico del periodismo» y las comillas son de Vox. En el enrarecido clima político, fue una terrible idea intentar señalar a determinados ciudadanos por su ideología política simplemente por unos minutos de show televisivo de domingo por la tarde.

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