«Els millors li nodriren cos i ànima,

els petits s'ofrenaren tribut múltiple€»

Matilde Llòria, 1960

Las discrepancias—hoy con las negociaciones rotas con CEV-- entre hoteleros y hosteleros de Castelló y València (nueve vocales) frente a la pretensión de los hoteleros de Hosbec, Benidorm (tres vocales y próximos a AVE), de arrogarse estos últimos la representatividad del sector, ha ocasionado malestar en la conformación de la nueva CEV autonómica. En la reciente distensión del conflicto de Catalunya la foto clave fue la de Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal catalana, conversando distendidamente entre Pedro Sánchez y Quim Torra. Testigos: 800 empresarios que representaban el 60% de PIB catalán. ¿Dónde está el Sánchez Llibre valenciano?

Metamorfosis. CEV—Confederación Empresarial Valenciana fundada en 1977 como provincial—se transforma en Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana con las mismas siglas. La recuperación del edificio principal de Hernán Cortés—procedente del patrimonio sindical—se convierte en sede de la Asociación Valenciana de Empresarios, que es un club-lobby y no concuerda con el espíritu ni con los principios de las organizaciones empresariales. AVE se fundó en 1982 por Silvino Navarro y José María Simó Nogués, como alternativa al equipo dirigente de la CEV, que presidía Vicente Iborra Martínez, con quien tenían discrepancias. No se entendía mantener dos entidades empresariales con los mismos asociados y compartiendo secretario, que durante años fue Luis Espinosa, quien se pasó a la política con el PP, no sin dimitir en la CEV, involucrado en asuntos turbios.

Institucionalidad. Soplan vientos imprevisibles. A veces ajenos a sus raíces y a su espíritu fundacional. La Administración Institucional no es un invento. Son entidades que tienen un papel relevante en la sociedad. Es el aparato institucional que no se extingue ni cambia cuando varía el signo político de quienes alcanzan el poder. Las patronales, las Cámaras de Comercio, las ferias, las sociedades de garantías recíprocas o en su día las Cajas de Ahorro y la economía social y el entramado cooperativo. Su característica diferencial es que se rigen por un régimen legal previo, aceptado y tutelado por las administraciones públicas. No vale saltárselo ni con la connivencia de los políticos de turno. Feria València, que preside José Vicente González, tras la debacle de la gestión del Partido Popular—1000 millones de deuda--, ha conseguido por primera vez, desde 2003, resultados positivos en 2017 y 2018. Silencio.

Dominantes. Dos entidades en España y en la Comunitat Valenciana se disputan el liderazgo empresarial. Las Cámaras de Comercio y las patronales. Las organizaciones empresariales, más osadas y dominantes, tratan de imponer sus intereses y criterios con el pretexto de que «somos lo mismo» No es verdad. Las Cámaras tienen más solera y más mecanismos de control. Ostentan, por ley, la representación de la totalidad de las empresas de su demarcación. Tienen 132 años de existencia frente a los 55 de las patronales, que únicamente representan a sus asociados. El asociacionismo empresarial está en declive. De peculiar constitución orgánica, con débiles principios democráticos, excesivamente jerarquizado y con tendencia al entendimiento con las fuerzas políticas que les son afines.

A por las cámaras. El presidente de la Cámara de Comercio de València, José María Simó Nogués, dimitió en 1988 por presiones de la CEV, presidida por Pedro Agramunt y comandada por Luis Espinosa. Simó se negó a que el presidente de la CEV, estuviera en el Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio y que quien presidiera la Cámara fuera miembro del órgano directivo de la CEV. La segunda exigencia de la CEV fue el traspaso de fondos de la Cámara—entonces con ingresos saneados—a la patronal. Las dos condiciones provocaron la dimisión de Simó Nogués, convaleciente de un infarto. Le sucedió José Enrique Silla Criado que fue víctima de un ictus durante su mandato, coincidiendo con el asedio del que fue objeto por una facción de su Comité Ejecutivo. La Cámara de València padeció entre 1995 y 1996 su mayor desvirtuación desde 1936. José Enrique Silla fue obligado a dimitir mediante presiones de la patronal CEV, la asfixia financiera de las Cámaras y el advenimiento del PP de Eduardo Zaplana, hoy en prisión, que se apoderó de las Cámaras con Arturo Virosque.

Espadas en alto. Tras las últimas elecciones de marzo de 2018 la Cámara de València no ha tenido ni la más mínima consideración con los miembros del Pleno saliente. Es la primera vez en su historia que no figura en el Pleno el único expresidente vivo, José Enrique Silla y no se ha reconocido la participación y asistencia de los miembros del Pleno que finalizaban su mandato. Hasta ahora había sido norma la entrega de una distinción de la corporación a los miembros del Pleno que dejaban de serlo. Empresarios que han aportado su tiempo, su conocimiento y su experiencia, durante diez o quince años, a una institución honorable.