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Con gusto

Ingeniería o melones

Conocí una vez a un señor que se hizo rico cultivando melones en La Mancha, pero entrar en su casa era como tener pase de privilegio a una pesadilla de Tim Burton: toda la grifería de los innumerables cuartos de aseo era de oro y había esparcidos por casa con tanta generosidad como el ajo en un allipebre, más bustos romanos que en todo el Lazio. Como empresario era admirable; como interiorista, una calamidad.

Lo digo porque muchos de nuestros sueños ferroviarios y viarios en general, adolecen del mismo síndrome del nuevo rico. Dejemos que los palurdos se impresionen con las supuestas grandes obras. El sentido común dice: la obra adecuada para la necesidad concreta. Ni más ni menos, aunque se disguste el gremio del hormigón, en efecto armado. Y eso es aplicable al túnel pasante.

Ya hace bastantes lunas que los ingenieros Joan Olmos, Vicente Torres y Fernando Gaja publicaron su alternativa al túnel pasante en Levante-EMV. En resumen, un modesto túnel sólo para los trenes de cercanías con liberación de la playa de vías y su uso comunitario como parte del Parque Central. La estación del Norte, la única joya indiscutible de la zona, seguiría estando donde está y sirviendo para lo que sirve. El resto de las líneas de pasajeros de medio y largo recorrido, irían por donde van ahora, excepto los trenes de mercancías que serían desviados, a lo largo del by pass, de Picassent a Puçol, donde hay terreno disponible para estos usos y tienen acceso fácil los principales polígonos industriales del área metropolitana (si no han fallecido).

La alternativa exige una estación intermodal en la Fonteta de Sant Lluís, con lanzaderas al centro y otros barrios (tranvía ligero, metro, autobús y taxi), que incluiría también la estación de autobuses (la vieja estación quedaría para otros desarrollos urbanísticos o comunitarios). Al sur de la ciudad nacería un nuevo polo de actividad comercial y otros servicios. Y nos libraríamos de décadas de ruinosa polvareda en torno a once quilómetros de túnel con la ciudad destripada, una pesadilla como la del melonero.

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