Perdonen que insista -porque ya lo señalaba hace apenas dos días- pero es que no salgo de mi asombro. En las últimas horas, las ayudas que garantizan la protección (y vida) de miles de mujeres víctimas de la violencia machista no solo se han utilizado como moneda de cambio para poder lograr el poder en una comunidad autónoma, sino que además parece tener un funesto efecto contagioso en algunos líderes de otras autonomías. En apenas pocas horas -horas, ojo- dirigentes de importantes formaciones políticas como PP y Cs se han mostrado dispuestos a renegar con un plumazo el retroceso de los importantes avances en materia de Igualdad conseguidos en este país tras la dictadura. Y no hace falta irse muy lejos para ver que, donde hay grietas, los compromisos se resquebrajan. Ha sido preguntarle al PPCV si aceptaría cambiar las leyes de igualdad e incluir a los hombres como víctimas como exige Vox a cambio de lograr el poder en la C. Valenciana y no dudar: al traste con el compromiso en igualdad. Pues con este precedente tan alentador que se vaya preparando la comunidad LGTBI, que son los próximos. Y así, consecutivamente. ¡Abajo los derechos!