Parece un titular de novela de suspense, créanme que así lo vemos muchos. Tiene una trama de intriga y suspense, entre otras cosas porque nunca sabremos la realidad y por el tiempo que han tardado en contestar a una petición de información.

El vuelo 283 Falcon Air se realiza en verano, en una visita que la justificó de institucionalidad visitando el presidente Sánchez, al Presidente de la Generaltitat Valenciana Ximo Puig. Hasta aquí todo parece muy normal, salvo que la distancia entre Castellón y Madrid no es tanta como para ir en avión Falcon, que éste no pase la noche en Castellón y tenga que realizar cuatro maniobras de despegue y aterrizaje. Ni tampoco la gravedad y la urgencia de la visita, lo requería.

Pero tal vez, nuestros dirigentes que siempre piensan más, consideren que no nos pueden trasladar de forma pública dicha urgencia. Aunque bien pensado, habrá que creer que la urgencia era la duración de la reunión. Es cierto que nada más bajar del avión visitó a la alcaldesa de Castellón, firmó en el libro de honor del ayuntamiento y se despidió, no estuvo más de 15 minutos. Es cierto que sólo era una firma, no detallaba cuando convocaría elecciones o por qué se había aliado con independentistas que quieren romper la unidad nacional.

En ese caso se entendería la urgencia y la necesidad de plasmar en un papel un compromiso. Pero ese no era el caso. Y sumando el tiempo dedicado al Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el encuentro informal, no les dedicó ni una hora completa entre los dos. Vamos que lo suyo fue un «Hola qué tal», «¿Cómo va todo?» y nada más.

Fuentes de la Moncloa clasificaron este acto como alto secreto, aunque todo el mundo es conocedor de lo que pasó, y no fue otra cosa que la asistencia a un concierto del FIB, un evento privado pero calificado como cultural del presidente, como decía la ministra que precisaba de la atención y oído del presidente y su Señora. Dicho evento era de vital importancia para el bienestar de la nación y ello motivaba que se gastarán más de 20.000 euros en dicho desplazamiento. Por no hablar del despliegue en seguridad, apertura del aeropuerto y el personal necesario para pilotar el Falcon, etc. Aunque los españoles supimos hace unos días que el coste había sido, para ser exactos, de 282,92 euros, más barato que volar en low cost con toda la familia. No nos dejaba de sorprender, que en los mismos días fuéramos conocedores que el Presidente Sánchez, como mérito a su trabajo y derecho a su descanso, tomaba unas vacaciones, él y su familia. Lo hacía como cualquier español, en Canarias, tierra de sol y playa. En un complejo nacional, que lo pagamos todos. Pero además lo hacía el mismo día que ciudadanos extremeños se quedaban atrapados en el tren en plena noche.

Sinceramente, el pasajero del vuelo 283 Falcon Air vive como un rey sin serlo. Gasta a cuenta del pueblo, sin pensar que un desplazamiento en tren, AVE o vehículo es más barato que hacerlo en un Falcon para ir a un concierto, a la boda de un cuñado o para pasear a la perrita Turca. Estoy buscando estos días en las páginas de buscadores de vuelos precios tan baratos en un Falcon por 283 euros, y créanme, aún no lo he encontrado.