Todo presupuesto es un ejercicio de ficción en tanto que es una declaración de intenciones que pueden llevarse a cabo o no, que pueden ejecutarse al 100 % o al 10 %. Este elemento desiderativo es más notable aún en las primeras cuentas del Gobierno de Pedro Sánchez, el parlamentariamente más débil de la democracia. Estos números pueden desde quedar en nada a ser ampliamente modificados en el Congreso de la Diputados. De momento, algo son. No son los mejores posibles para los valencianos, pero superan con diferencia a los perpetrados en décadas. La prueba es que el PP ha entrado al ataque no por proyectos pendientes o maltratados, sino por la subida de impuestos que implican, que es para todos los españoles y según sus rentas. El agujero principal, la brecha en inversiones en Alicante, es el que ha aprovechado Compromís para, en año electoral, sacar ventaja en el territorio donde más lo necesita y más daño puede hacer a Puig. Oltra lanza su ofensiva por la presidencia.