“No tenía suficientes contenidos valencianos”, confesaba Giovanna Ribes sobre el alegato para privar de subvención a la Bienal Internacional Mujer y Cine en la pasada cuarta edición. Ahora, con la quinta, la del dos mil diecinueve, ¿qué va a pasar? Compás de espera. La directora del festival y fundadora de Dones en Art, se mostró pesarosamente objetiva ante la posible extinción del certamen. “Hay festivales que son imprescindibles. Tres festivales (en València) tratan temas muy delicados: Dona i Cinema, Mostra Viva del Mediterrani y Humans Fest (Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos de València)”.

Con el madrinazgo de la ganadora del premio a la mejor productora de cine, Premios Promoción Audiovisual.com 2017, María Zamora, en la soleada azotea del céntrico L´Octubre (Centre de Cultura Contemporània), rodeada por terrados encalados y techumbres de teja; una treintena de personas cinéfilas, profesionales de criterio independiente, “Estamos todos en familia”, se dio el aldabonazo de salida a la nueva edición, con la actuación de Les Waterparties, mujeres Dj que pinchan“con idea de ocio sin agresiones sexistas”, tal como declaraba Deborah Micheletti portavoz del grupo. Ribes, en su discurso siempre analítico, puso en valor la labor del fidelizado e irreductible equipo de voluntariado. Por su parte, la jienense doctora en Bellas Artes y premio Archival C.V 2018, Victoria Cano Pérez, creadora del trofeo de la bienal, “estatuets”, declaraba: “La mujer tiene mucha huella pero en casi todos los campos resulta invisible”.

“Está bien la estructura paritaria en los festivales, pero, ¿qué pasa con la letra pequeña más allá de la foto?”, cuestionó Ribes.

Canadá, Turquía, Francia, EE.UU., Brasil, Alemania, India, Grecia, España, Australia, Suiza, México, Colombia, Reino Unido, Myanmar, Italia, Portugal, están presentes en el catálogo de participantes. Proyecciones, conferencias, poética en las redes sociales: contracensura; masterclass de video creación, conciertos de Miriam Méndez, pionera en la fusión del flamenco con la música clásica.

“Igor Markevitch al comienzo de los años 20 nos recuerda que íbamos al cine invitados por una de nuestras amigas que tocaba el piano para el film mudo: El ladrón de Bagdad, según recoge la obra de Manuel Valls Gorina y Joan PadrolMúsica y cine”. En maquillaje, otro de los palos creativos del séptimo arte, basculante entre la técnica y el más arriesgado instinto creativo; las hermanas valencianas Piluca y Esther Guillem han sido artífices de trabajos como premiada“La novia”. En escenografía, citar a mujeres como Ruth Sobotka (“Atraco perfecto”), en montaje Eva Kroll (“Senderos de gloria”), y qué decir de los inolvidables decorados de la oscarizada Julia Heron para “Espartaco”. En vestuario, es mítica la singular y también oscarizada Edith Head (“Vacaciones en Roma”), o el soberbio trabajo de una inmensa Milena Canonero, multi oscarizada, (“La naranja mecánica”, “Carros de fuego”).

Shirley MacLaine (apodada familiarmente Monkey), en su libro “Lo que sé de mí” escribió: “Nadie parecía capaz de escribir papeles de mujer porque nadie sabía qué querían realmente las mujeres. Por lo menos, los guionistas masculinos. Y las mujeres guionistas sólo escribían acerca de lo desgraciadas y frustradas que se sienten las mujeres. ¿Y a quién le importa eso? Cuando se trata de salir a divertirse. ¿Quién va a pagar para ver eso?”.

Zamora, al frente de la productora y distribuidora Avalon, en el documental sobre su trayectoria apuntaba “Que el cine es marca España; el cine nos representa allá donde vamos”. Entre el público asistente la fraternidad cinéfila era palpable; Isabel Latorre compositora y arreglista (“El último abrazo”), Antonio Llorens (programador y director de cine), Laura Pérez (creadora de Requena y Acción), Maite Orduña (blog “Cine hasta el amanecer”), Eva Vizcarra (miembro del jurado, directora de Endora Producciones).

En el Col-legi Major Rector Peset, durante la charla “De actriz a directora”, se contó con cuatro profesionales, actrices y directoras: Jennifer Khalekova, tímidamente abrió la sesión “Me encanta contar historias. He ido siempre buscando aprender más”. Nata Moreno, resuelta y experimentada, sobre sus inicios relataba, “En una familia de clase media normal, que una hija vaya a ser actriz es un shock. Soy absolutamente autodidacta, la vida es una universidad, lo importante es que sepas la historia que quieres contar”. Olga Alamán, afianzada en su relato, delataba que “Como mujer, como que no se me toma en serio”. Rosana Pastor, actriz consolidada y directora de trabajos como “El quinto jinete” de Blasco Ibañez, para el que condicionó “Sólo me interesa hacerlo si una mujer vehicula la historia”, Pastor no dudó en afirmar el acotamiento del mundo cinematográfico para las mujeres, “Siempre un papel subalterno”.

En el cine queda mucho por hacer, la actriz y directora Nata Moreno se hartó de esperar a que la llamasen para interpretar un papel y decidió: “Ahora los creo yo, me levanto pensando qué voy a generar y eso me da paz, porque si no la artista se seca”, pero, aun así, “Siempre hay un lugar donde me ponen en duda”.

“¿Qué pasa con todas las actrices cuando llegan a cierta edad?”. Rosana Pastor sentenció sobre los guiones: “En la televisión rebajan la edad en quince años, comienza a ser complicado a partir de los treinta y cinco. Quedan papeles residuales, la industria va retirándote poco a poco. Estamos creando una sociedad donde las mujeres han de ser de una determinada forma, y yo no quiero encajarme en una imagen de mujer; me he rebelado en muchas ocasiones y eso me ha hecho sufrir las consecuencias, hace algún tiempo que trato de no callarme, pero en la vida, eso tiene un precio”. “¡Un cine de mierda! Esos carteles no nos hacen ningún bien; son reduccionistas con nosotras”, lamentó Moreno, a lo que Olga Alamán aducía la exigencia normalizada de “Que no fueras actriz, que fueras modelo directamente. ¡Es hora de que se integre el movimiento feminista en el cine y la televisión!”.

Entre las experiencias actorales reseñar trampas como la de trabajar algunas horas más sin presupuesto o interpretar cambios no estipulados “Lo siento pero eso no es lo que he firmado en el contrato”. La desigualdad también existe en lo económico “El dinero que se da a las mujeres es menor”, comentaba Rosana Pastor, hasta Icíar Bollaín e Isabel Coixet cobran el ochenta por ciento del caché de directores.

Generalmente las directoras pueden llevar a cabo sus proyectos gracias a subvenciones o la autoproducción; y ¿qué hay del micromecenazgo (crowdfunding) en el cine? “No debería nunca sustituir la inversión institucional” dijo Pastor. En debate público, Javi Vilalta (Associació Àmbit Dignitat i Justicia Social), reseñó la diferencia de apoyo a festivales recalcando que frente al cero euros, por ahora, a Dona i Cinema, “Hemos alcanzado en Humans Fest los cuarenta mil euros”.

“Todas las mujeres hemos pasado y pasamos momentos de inseguridad; tenemos en el tuétano esa inseguridad que la sociedad nos ha inculcado”, aseveró Pastor. “Seguir ahí, seguir luchando” dijo Alamán. Y. Giovana Ribes, rubricó sentenciando “Somos directoras de cine, no somos directoras de cine de mujeres”