El pasado sábado tuvo lugar la asamblea de Avamet en Quart de Poblet y reflexionamos sobre los valores de temperatura que, gracias a la extensión de observatorios oficiales y, sobre todo, no oficiales, proliferan en cada vez más ubicaciones. Hace años teníamos, como mucho, un único observatorio de referencia para toda una entidad de población, que oíamos en la radio o, en el mejor de los casos, veíamos nuestros termómetros de mercurio generalmente situado sin homologación. Teníamos pues poca información y sólo nos quedaba creérnosla, y los más aficionados, especular con las diferencias entre ese observatorio y el lugar en el que nos encontrábamos. Estos últimos días las temperaturas, gracias a las inversiones térmicas, típicas de las situaciones anticiclónicas, se comportan de forma aparentemente "extraña", ya que, por la noche, hace más frío a menos altitud y menos en la cima de las montañas. Te ves obligado a explicar lo "normal" de esta situación, que sí es sobradamente conocida por los agricultores, en el momento de ubicar sus cultivos protegidos de estas heladas de inversión. De igual forma, los que viven en núcleos urbanos, incluso de tamaño medio o pequeño, observan como hay claras diferencias entre las temperaturas de algunas estaciones rurales o periurbanas, y las que ellos viven, merced a la "isla de calor" urbana, especialmente perceptible de noche. Los expertos y los aficionados en general a la meteorología sabemos más o menos leer la multitud de datos que ofrecen ahora las redes oficiales y las no oficiales, porque sabemos que muchas estaciones se ubican en lugares de gran interés climático, geográfico, botánico, etc., pero no afectan a casi nadie, porque no vive gente cerca de ellas. Sabemos que la población vive en su mayoría en zonas urbanas con temperaturas muy distintas a las que puede ver en esas estaciones "raras". La cuestión es como transmitir a ese grueso de opinión pública, a través de los intermediarios, la prensa y las redes sociales, que la temperatura que registra la Rambla del Vinalopó en la Sierra de Mariola en Bocairent en la red de Avamet, con media de las mínimas en lo que va de enero de -9ºC, es muy interesante, pero no es la del núcleo urbano de esa localidad valenciana de más de 7.000 habitantes, es la de un lugar remoto en el que casi nadie vive cerca. Luego está el tema de esos enormes términos municipales, como el de Villena, en Alicante, con multitud de núcleos diseminados habitados, aparte del núcleo urbano, donde sí resulta interesante enumerar distintos valores. La solución es, básicamente, conocer el territorio y saber divulgar estas cuestiones entre la opinión pública y, como no, también citar las fuentes.