A caballo entre San Francisco de Asís y el Conde de Montecristo, Francisco Moreno Castro, ex juez para más señas, ratifica el discurso político de su formación en el estreno como partido con voz en las instituciones.

Su intervención durante la sesión de investidura del ya presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, era mucho más que una aparición cualquiera en la tribuna de oradores de un parlamento autonómico. Era el pistoletazo de salida de un partido que aparece ex novo en el panorama institucional de una democracia consolidada. Y lo utilizó para decir, ni más ni menos, que han venido a quedarse para reconquistar la España de principios y valores que no debimos transformar jamás.

El señor Moreno Castro advierte de sus intenciones de barbarizar al mismo tomar la palabra y vacuna a quienes le escuchan advirtiendo que no es que sea un fascista irredento, que lo que es, muy al contrario, es un 'español y andaluz sin complejos', y que viene para representar a todos 'los andaluces y españoles sin complejos', esto es, a aquellos que no están abducidos por el 'claro y evidente ejercicio de manipulación intelectual' que ha ejercido sobre la población acomplejada 'una extrema izquierda a la que han rendido sus banderas los demás partidos'.

Qué protegemos: Valores y principios. O sea, 'el flamenco, nuestras costumbres, tradiciones religiosas y el modo de vida rural, como la tauromaquia y la caza'. Un modelo de familia 'preferente', una educación residenciada en el Estado Español, como la sanidad. 'El derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural'€ Vamos, lo más sagrado. (Pensemos en ese Ministerio de Asuntos Taurinos y Culturas Populares, armada con dos Secretarías de Estado, Flamenco y Jota, y Pureza de Raza, encargado así mismo de las deportaciones. Y en el Ministerio de Familia Como Dios Manda, ocupado de la vigilancia del sexo de los contrayentes en el matrimonio, de la rectitud en la educación de los vástagos, del cuidado de la agonía de los moribundos hasta que el Señor se los lleva).

Contra qué luchamos: por este orden, contra la presión fiscal y el gasto público, contra los 'okupas' (¿?), contra las 'imposiciones ideológicas en materia de género' y la justicia 'contaminada por la perspectiva ideológica de género', contra los 52.000 inmigrantes ilegales a los que hay que expulsar del país. (Léase, contra toda libertad individual o colectiva salvo la económica, contra la igualdad de los seres humanos en su más amplio sentido, contra la redistribución de la riqueza a través de los impuestos, contra el estado de las autonomías o el del bienestar. Se amplía aquí el acervo de las competencias del Ministerio de Asuntos Taurinos y Culturas Populares con otra Secretaría de Estado, la de Devolución de Transferidas Innobles, y las del Ministerio de Familia Como Dios Manda, ocupado también de la gestión administrativa del Tribunal Especial contra el Holocausto Feminazi).

Como el Conde de Montecristo, Francisco Moreno escapó de su 'particular presidio de If' con el espíritu henchido, no ávido de venganza sino de la justicia universal de la que se sabe valedor plenipotenciario, lleno de verdad, de la verdad machadiana que ha buscado y encontrado, según él mismo proclama.

Como Francisco de Asís, a quien debe su nombre, Francisco Moreno viene a 'poner luz dónde solo hay tiniebla, alegría dónde solo tristeza, fe dónde hay duda, amor dónde hay odio'. Se sabe 'diferente' en este apostolado al que ha sido llamado por el destino y, por ello, nos ruega respeto en su cruzada, comprensión en su sufrimiento, solidaridad en esta reconquista, que nace en el sur, de los verdaderos valores que nos representan. (Aquí, el Ministerio de asuntos Franciscanos).

Esto ya no son salidas de tono sacadas de enfebrecidos mítines políticos, ni declaraciones improvisadas recogidas en la calle a golpe de canutazo. Este es el discurso oficial, la inauguración de Vox en sede parlamentaria. Es el ideario sólidamente refrendado en las urnas primero por casi cuatrocientos mil votantes y en la Cámara autonómica después por Partido Popular y Ciudadanos, del partido que tiene la llave de la gobernabilidad en Andalucía y pretende extender su posición al resto de las instituciones democráticas del país.

¿Es un Gobierno ilegítimo? Definitivamente no.

¿Tienen derecho quienes lo conforman o lo apoyan a defender sus postulados ideológicos desde la atalaya del poder que ahora ocupan? Indiscutiblemente sí.

¿Son propuestas viables? Claramente lo son: leyes cambian leyes. Sí.

¿Hacia dónde conducen? Indefectiblemente a la Baja Edad Media.

(Están entre comillas frases y expresiones literales del discurso de Francisco Moreno Castro en la sesión de investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía.)