«¿És un nou món o una altra vida?/

Ja és meva l'hora dels prodigis rars;/

però en el goig la por trepida/

palpant un aire de fredors lunars».

Miquel Dolç, Flama (1962)

E l Tratado de Roma -origen de la UE- se firmó en 1957 para conjurar la repetición del conflicto civil y un nuevo enfrentamiento bélico entre europeos. Como lo fueron las dos guerras mundiales que arrasaron, con muchos millones de muertos, el continente entre 1914 y 1945.

Traición. Es muy duro que los Estados Unidos de Trump hayan pasado de aliado salvador de Europa a enemigo confeso de la Unión Europea. Le ha declarado la guerra comercial, ha promovido la salida del Reino Unido de la UE, ha cuestionado la seguridad en la OTAN, ha establecido vínculos estratégicos con Rusia, ha alterado el statu quo internacional, ha fomentado la erosión europea respaldando los fascismos y la xenofobia. Ha traicionado las raíces de la civilización occidental.

Nazis. Uno de los inspiradores de la Unión Europea, Jean Monnet, cuenta que Hitler en su Mein Kampf trataba de diferente manera a Francia e Inglaterra. Hitler deseaba la aniquilación de Francia. En cambio le daba igual lo que hiciera Gran Bretaña, mientras este imperio se desinteresara de la República Francesa. Los nazis querían separar a Francia del Reino Unido. Ahora lo han conseguido. Francia estrecha lazos con Alemania en su política europea. La canciller Angela Merkel y el presidente galo, Emmanuel Macron, basan en el eje franco-alemán el futuro de la UE y refuerzan su alianza.

Eurofobia. Los ciudadanos europeos tienen un serio problema. ¿Qué ocurrirá, si entre el 23 y el 26 de mayo, en las elecciones al Parlamento Europeo, la mayoría se decanta por opciones contrarias a la unificación europea? Al calor de las ideologías ultraderechistas y xenófobas que han alimentado el Brexit, Viktor Orban en Hungría, Marine Le Pen en Francia, Matteo Salvini en Italia, Alternativa para Alemania, Vox y Santiago Abascal en España. Todos ellos alentados por Donald Trump y su asesor Steve Bannon, para debilitar al continente europeo. Se alían con fascistas y nazis. No perdonan la irrupción del euro en 2000, alternativa al dólar, moneda-patrón para transacciones internacionales. Objetivo prioritario de los USA de Trump, cuya presidencia atraviesa momentos críticos al perder el pulso frente a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, segunda autoridad política en EE.UU. y líder del Partido Demócrata.

Déspotas. Afloran nuevos conceptos ideológicos: emergentes unidades políticas básicas territoriales para el ejercicio del poder o la teoría ejecutiva unitaria. Se mueve en torno al poder omnímodo del presidente estadounidense que le otorga el sistema constitucional de su país. Denunciado en la película norteamericana The Vice, cuyo título en inglés es ambivalente para referirse al vicepresidente y al vicio del poder que ejerció Dick Cheney, quien ocupó ese cargo con George W. Bush. Arranca con la tragedia del 11 s y alcanza su punto álgido en las guerras de Kuwait e Irak. El Reino de España se vio implicado en el conflicto bélico iraquí -con cientos de miles de víctimas--de la mano de José María Aznar, presidente del gobierno del PP. Con el estadounidense Bush y el británico Tony Blair, formaron el «trío de las Azores» de triste memoria. Sin que los círculos conservadores españoles emitieran disconformidad alguna.

Proteccionismo. El País Valenciano ha sido histórica y tradicionalmente europeísta a lo largo del siglo XX, de acuerdo con las características modernizadoras de su economía librecambista. La hortofruticultura y los cítricos necesitaban abrirse sin trabas a sus mercados naturales que están en Europa. Nada que ver con las corrientes que predominaban en los dos núcleos de poder económico en España: Madrid -copada por los intereses cerealistas y de los grandes latifundios-- y Catalunya, que se ha caracterizado por propugnar el proteccionismo comercial para sus manufacturas y producciones industriales. En coincidencia con las presiones restrictivas que ejercían Aragón y el País Vasco.

Librecambio. La economía valenciana no gana nada con las posiciones populistas y de protección irracional a los cítricos, contra países terceros que colocan su fruta en los mercados que pueden y cumpliendo los requisitos que se les exigen. ¿Si se cerrara Europa a los cítricos sudafricanos, íbamos a seguir con los de Israel, Egipto, Túnez, Marruecos, Argelia, Brasil o Argentina? En California y en Florida hay plantaciones de naranjales y exportadores valencianos mandan cítricos a EE.UU, Canadá y China. ¿Nuestro futuro está en la obsesión nacionalista de Trump? Dispuesto a cerrar fronteras al comercio internacional. Sin pensar en los efectos acción-reacción que esta medida ocasiona en la economía planetaria. El mundo occidental, que pretende liderar, se rige por los criterios de internacionalización y globalización. Incluida la libertad de mercado defendida a ultranza por la Escuela de Chicago, que le inspira. La autarquía es sinónimo de pobreza y penuria, propias de países totalitarios y dictatoriales donde se imponen la escasez y la miseria. Franco lo sabía muy bien.